jueves, 19 de octubre de 2017

La víspera de casi todo, Víctor del Árbol


Este verano, visitando los blogs en Internet descubrí a Víctor del Árbol del que había oído hablar pero sin adentrarme en sus habilidades como escritor. De entre toda su producción literaria el argumento que más me llamó la atención fue “La víspera de casi todo”, pero al parecer “Un millón de gotas” y otras obras están por encima de mi elección; de momento para empezar no ha estado mal. Buscaba una novela negra, de suspense que me mantuviera atenta a la historia que contaba y en líneas generales lo ha conseguido, de manera que habrá que leer otras para saber que esta es superable.
Germinal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con golpes que muestran una gran violencia. 
Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad.
Al principio me pareció algo larga, alrededor de cuatrocientas páginas, pero reconozco que las he leído en un suspiro, entretenida y con enganche desde las primeras líneas. Dividida en 25 capítulos con su introducción temporal y espacial, escrita a modo de flash-backs con saltos temporales bien administrados que nos llevan desde el 2010 en Barcelona a los años 70 de la Dictadura Argentina. Narrada con la voz de un narrador omnisciente que nos guía a través de una trama principal y otras subtramas que completan el argumento. En realidad acaba resultando corta, fácil de leer, con la intriga adecuada y una capacidad para hilvanar las historias bastante coherente.
Novela coral de un repertorio de personajes que en apariencias nada tienen que ver los unos con los otros, todos son náufragos a la deriva de su propia vida, esclavos de un pasado que urge olvidar. Cuatro son los personajes principales sobre los que pivota la trama que desencadena la narración, pero alrededor de ellos surgen personajes imprescindibles para redondear el relato. Es una novela de emociones con descripciones justas de sentimientos y estados de ánimos que padecen cada uno de ellos. Todos van desvelando su esencia a medida que avanzamos en la lectura, exponiendo su fragilidad y complejidad psicológica. A modo de piezas de rompecabezas este antiguo mosso de esquadra ha ido introduciendo temas tan candentes como los miedos, las esperanzas, la muerte, la venganza, el rencor, la culpa y como no, el amor. Según el personaje y la situación ha ido engarzando sin dejar nada al azar, estas emociones acabando por construir buenos y creíbles personajes.
Me ha gustado en una valoración general, a los saltos temporales ya estoy acostumbrada y además le aporta dinamismo a la historia, hay dosis de melancolía, de tristeza, análisis de comportamientos humanos, invitaciones a juicios morales acerca de conductas malas pero “justificadas”, historias de vidas diferentes, momentos algo dudosos en cuanto a su veracidad, fantasías que no vienen a cuento, y la certeza del mensaje implícito de que “el pasado siempre vuelve”.
Recomendable. No es la típica novela negra, está bien narrada con lenguaje sencillo y un final aceptable. Entretenida y para momentos en los que se quiere desconectar de aquello que te pesa en las espaldas. Os gustará.

“La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”.

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