miércoles, 6 de septiembre de 2017

El olvido que seremos, Héctor Abad Faciolince


Tuve noticias de esta obra a través de un programa de radio, sin dudarlo presentí lo mucho que iba a disfrutar de ella y con una suerte que todavía celebro, la encontré en la biblioteca; he intentado comprar un ejemplar para volver a leer pasajes que me han arrebatado el alma, pero no la he encontrado, sigo intentándolo, porque hay libros que no pueden faltar en un hogar donde la lectura juegue un papel tan importante como es el mío, de manera que persistiré en el intento hasta lograrlo.
“El 25 de agosto de 1987 Héctor Abad Gómez, médico y activista en pro de los derechos humanos, es asesinado en Medellín por los paramilitares”.
En esa brutal frase queda condensado el detonante y la motivación que ha llevado a Héctor Abad Faciolince, a escribir la biografía novelada de su padre. Una reconstrucción a modo de relato sobre la familia de este médico, profesor universitario y luchador de los más desfavorecidos en la Colombia de los últimos cincuenta años.
Cuando encuentro este tipo de lectura donde los recuerdos son los verdaderos hilos que van tejiendo una historia, admiro la serenidad con la que el escritor se desnuda y muestra sus vivencias, su pasado, sus emociones y sentimientos hasta llegar a emocionar y sentir lo contado. Héctor ha hecho de la vida de un padre ejemplar, un lienzo de recuerdos con retazos de momentos felices y crueles, sin dejar de lado la desgarradora situación que asolaba a Colombia y el papel que la violencia jugó cerca de su progenitor, hasta arrebatarle la vida.
No cuestiono la calidad narrativa, escrito en términos coloquiales, no está exento de pasajes algo dilatados que se recrean a veces en exceso en situaciones que empañan la belleza del relato, pero que rápidamente regresa al estilo sencillo y ameno que provoca un caudal de emociones compartidas con este autor colombiano.
Casi trescientas páginas editadas en 2006 para homenajear a un padre que para Héctor fue “diferente”, que para sus alumnos fue “único” y que para el pueblo “inolvidable”. Un hombre que murió con 65 años a manos de dos sicarios en 1987, por buscar incansablemente la paz, la justicia, la tolerancia y el amor. Como personaje me era totalmente desconocido y la construcción que de él hace su hijo es un homenaje escrito con el corazón, a veces triste y en otras ocasiones plagado de momentos felices, una montaña rusa de emociones que retrata la vida de una familia como la de Héctor Abad.
Su lectura es para disfrutarla, cuenta con momentos lentos que llega a desilusionar pero sin perder interés; lo más profundo es reconocer que es un relato que humaniza y te hace reflexionar acerca del proceso de pérdida que atraviesan las sociedades donde la muerte se vuelve cotidiana e irracional.
Recomendado porque lo tiene todo, ternura, belleza, sencillez, personajes secundarios que viven las adversidades y bonanzas de maneras bien distintas y no por ello el autor se olvida de compartirlas, momentos crueles e injusticias narradas desde los ojos de un adolescente que se enfrentó a la muerte de su “padre maravilloso”…, terminar diciendo que el título responde al epitafio que reza en su sepultura, “Ya somos el olvido que seremos”. Os gustará.

“La vida es una herida absurda, pero la vida no tiene cura”.

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