martes, 27 de diciembre de 2016

Tiempo de vida, Marcos Giral Torrente

En esta ocasión he elegido una lectura algo compleja y sofisticada, de vez en cuando es bueno cambiar de registro y abordar un relato no sentimental pero sí descarnado y sincero. Marcos Giral es un filósofo que ha conseguido conmoverme en una historia que podría pasar por un “ajuste de cuentas” entre padres e hijos, ejercicio difícil pero a la larga satisfactorio.
Reconstrucción de la relación del protagonista con su padre, los momentos que compartieron, las heridas abiertas, las barreras para comunicarse y el desmedido afán de fidelidad a pesar de las zonas oscuras, de las que nadie se libra, pero sin detenerse en ellas. Es tan impactante que resulta imposible no verse reflejado en el balance emocional y humano. Cuando tomamos la decisión de enfrentarnos a un inventario de vida en el que todo se trata y nada se calla; nuestra existencia aparece tal como es: tristezas, pasiones, recuerdos y descubrimientos generosos. Historia muy bien contada, confesión visceral que no ha pasado de puntillas por mí.
A pesar de mi tendencia a huir de los libros premiados, “Tiempo de vida”, obtuvo el Premio Nacional de Narrativa 2011 y el Premio Strega Europeo, y en contra de lo que suelo pensar siempre, en esta ocasión reconozco que coincido con el fallo del jurado.
En unas doscientas páginas, justa extensión, Marcos con precisión y detallismo rememora su papel de hijo y el papel de su padre, sin dejar nada al azar. El tono autobiográfico está presenta en todo el libro. Durante dos años cuidó de su padre enfermo y a lo largo de ese espacio de tiempo tuvo la oportunidad de realizar un ejercicio terapéutico y sanador buceando en el pasado, en una vuelta a la España de los años cuarenta, entorno social y familiar muy diferente a los tiempos que corren.
La lectura cuenta con ciertas curiosidades dignas de mencionar; ningún personaje es nombrado con nombre propio, el ritmo es cambiado intencionadamente pasando de una cierta rapidez inicial a la lentitud con la que termina, la alternancia de párrafos cortos y largos y las repeticiones consentidas, otorgan a esta novela de no ficción una originalidad poco frecuente.
Estos relatos tan personales entre padres e hijos acaban por provocar reflexiones y preguntas acerca de nuestras experiencias y la necesidad de enfrentarnos a estos procesos de reconciliación “de vez en cuando”.
Recomendable por su brevedad, por la temática de fondo que aborda sin tapujos las relaciones familiares, lo ágil de la lectura y sin duda por las enseñanzas que de ella se extraen. Sincera e íntima.

“El tiempo es la divisa de tu vida. Es la única divisa que tienes, y solo tú puedes determinar cómo será gastada. Sé cuidadoso y no permitas que otras personas la gasten por ti”.

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