sábado, 8 de octubre de 2016

El libro de los Baltimore, Joel Dicker

Mira que me duele tener que hacer una mala critica de un libro, de vez en cuando me suceden estas situaciones del todo difíciles de superar por mi persona..., pero como dice el refrán: “Mejor caer en gracia que ser gracioso”. Nunca mejor dicho. Desde el dos de agosto que hice la reserva en la Biblioteca, estoy esperando ansiosa el “Libro de los Baltimore” como si no hubiera un mañana, y hasta hace unos días no me avisaron de que estaba disponible, estuve tentada de comprármelo, habida cuenta de lo exigente que soy para esto de la lectura. Menos mal que no lo hice, después de Ruiz Zafón, Joel Dicker es el tío con más “gracioso” de la Literatura Universal.
Sus anteriores novelas no cuentan entre mis lecturas inolvidables, pero fueron aceptables; los cohetes, los tenía reservados para la tercera haber si por fin iba la vencida..., seguirán guardados, la decepción ha sido tan grande que solo es comparable a la espera sufrida todo el verano por una llamada que no llegaba. Aprovecho ahora que nombro la estación del verano, porque ojalá la hubiera leído tirada en la playa, casi que en la reseña habría tenido más condescendencia, pero el otoño es más implacable y no tengo margen para contemplaciones, está claro que me siento decepcionada y que vuelve a ser un misterio los éxitos de “escaparates” y portadas “repetitivas” que no contienen una “historia inolvidable”.
Hasta que tuvo lugar el Drama existían dos ramas de la familia Goldman: los Goldman de Baltimore y los Goldman de Montclair. Los Montclair, de los que forma parte Marcus Goldman, autor de La verdad sobre el caso Harry Quebert, es una familia de clase media que vive en una pequeña casa en el estado de Nueva Jersey. Los Baltimore, prósperos y a los que la suerte siempre ha sonreído, habitan una lujosa mansión en un barrio de la alta sociedad de Baltimore.
Ocho años después del Drama, Marcus Goldman pone el pasado bajo la lupa en busca de la verdad sobre el ocaso de la familia. Entre los recuerdos de su juventud revive la fascinación que sintió desde niño por los Baltimore, que encarnaban la América patricia con sus vacaciones en Miami y en los Hamptons y sus colegios elitistas. Con el paso de los años la brillante pátina de los Baltimore se desvanece al tiempo que el Drama se va perfilando. Hasta el día en el que todo cambia para siempre”.
La antesala de esta de la sinopsis es una invitación a la lectura del “Libro de los Baltimore” por el autor del mismo, Marcus Goldam, conocido y recuperado personaje de la anterior novela del joven escritor suizo. Durante algo menos de quinientas páginas, Marcus nos narra en primera persona la historia familiar de los Baltimore en clave folletinesca y televisiva, para ello pone el epicentro en un acontecimiento que tuvo lugar en el pasado y al que nombra como el “Drama”. Esta continua referencia, mantiene nuestra atención al menos en las primeras cuarenta páginas, para acabar más que saturados de la palabrita pudiendo llegar a imaginar de qué se trata.
Demasiado predecible, dos familias con secretos compartidos y un acontecimiento puntual que las destruyó. Simplista e infantil. El hilo argumental se desenvuelve en idas y venidas al pasado, se convierte en un relato de recuerdos que abarcan desde la adolescencia hasta la actualidad. No hay emociones, ni sobresaltos, los flashbacks son abundantes y tantos giros Y vaivenes temporales, acaban cansando.
Respecto a los personajes ninguno es potente e impactante, no hay a quien atribuir el peso de la historia salvo a Marcus, pero es lógico no en vano es el narrador, no se asiste a una evolución que enriquezca el relato y el hecho de remover continuamente el pasado, acabó llevándome a saltarme páginas con la necesidad de acabarlo y no dejarlo a medias..., ya sabéis que esa es mi última opción.
No puedo criticar el lenguaje por ser tan sencillo como el argumento, es ágil su lectura, en mi caso por las ganas de acabarlo y el final muy predecible y aburrido. Si alguien decide leer a Joel que lo haga y avisar que no es necesario leer las publicaciones anteriores ya que son aisladas a pesar de la coincidencia del personaje principal.
Quiero terminar como siempre hago cuando la reseña no es halagadora, diciendo que escribir es un arte muy difícil de desempeñar, que a mi no me haya llenado no quiere decir que no sea bueno; pero me da rabia de los cientos de libros bien escritos que no gozan de las oportunidades que les sobran a otros, o como en este caso son mal aprovechadas. Es una fortuna tener editoriales detrás y blogs de compañeros que adulan ciertas novelas que dejan bastante que desear en cuanto a calidad literaria, pero para gusto los colores, lo mejor es ser valiente y atreverse a leerla y así sabré si esta visión es sólo una más de mis malas elecciones. Ánimo y espero que os guste.

Así es los recuerdos nos atan al futuro, porque solo la memoria tiene la capacidad para hacerse presente y negociar con nuestro pasado”. 

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