lunes, 1 de agosto de 2016

Sueños con ríos y mares, Tim Parks

Desconocido y novedoso para mí, este escritor británico ha echado mano de exotismo y emoción, para presentarnos un viaje psicológico a través de un reducido número de personajes en la no menos bella ciudad de Nueva Delhi. La elección tengo que confesarlo se debió a la calma que me dio una portada como esta, soñar con ríos y mares es tanto como soñar con el sol, se sueña con las fuentes de la vida, y dicen los entendidos que según sea dicho río estará reflejando nuestro estado de ánimo ante las situaciones más cotidianas de nuestra vida; de manera que llevada por la curiosidad decidí saber a qué se refería el autor con estos “sueños de ríos y mares”.
De un tiempo a esta parte me rondan, acaso a modo de bendiciones, sueños de ríos y mares, sueños de agua.» Albert James, brillante y polémico antropólogo, muere unos días después de escribirle estas líneas a su hijo John, que vive en Londres. Tras dejar a su novia y el laboratorio donde ultima su tesis doctoral, John viaja a Delhi para reunirse con su madre. Así, en la bulliciosa y enigmática India, inicia la búsqueda de la esencia de un hombre que era más de lo que todos creían saber.
Casi quinientas páginas de novela y aún no estoy segura de recomendarla. El detonante de la historia es el viaje urgente de John a la India para asistir a las exequias de su padre, a raíz de dicho acontecimiento y siguiendo tres líneas argumentales combinadas, vamos identificando a la triada de personajes de este thriller psicológico que crece entorno a la figura del antropólogo fallecido. Dividida en cinco partes y subdividida a su vez en capítulos que hacen más llevadero un argumento que no me ha convencido del todo. Tengo la impresión que es una novela de personajes porque es un trabajo impecable de seres que exponen su capacidad ante circunstancias concretas y el nivel de relaciones humanas allí donde el momento obligue.
La figura de Albert, a pesar de no ser un actor con vida, se construye a medida que avanza la novela gracias a Jhon, Helen y Paul, hijo, esposa y periodista; quienes siguiendo una estructura lineal con ciertos saltos en el tiempo, facilitan información suficiente sobre este investigador incansable, desconocido para el lector, de no haber sido por lo mucho que de él cuentan a medida que avanza el misterio. Hay suspense y muchas incógnitas, todas rodean su muerte y las circunstancias que la provocaron.
Aunque Tim tomó muchas referencias de un personaje real para dar vida a Albert, la novela no es biográfica, es de ficción con tildes de buceo psicológico, narrada por completo a través de un narrador omnisciente que describe una ambientación meticulosa de la metrópoli de Nueva Delhi, quizás mucho más valiosa que la obra en su totalidad.
La voy a recomendar para momentos de lectura relax sin pretensiones de acabar con la boca abierta, y en especial para aquellos que disfrutan con los viajes físicos y emocionales y como no, para los apasionados por este sencillo placer de leer que tanto bien nos hace a muchos de nosotros.

“La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante”.

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