domingo, 31 de julio de 2016

El sueño del celta, Mario Vargas LLosa

Aunque realmente leí esta obra de Vargas Llosa a los pocos meses de su lanzamiento, hoy la comento porque he vuelto a bucear en sus páginas buscando la visión personal del fenómeno colonialista de este escritor. Entonces me pareció buena y recuerdo que muy dura y cruel en pasajes concretos de la misma, tono que no abandona en la práctica totalidad de las casi quinientas páginas del relato tan estremecedor como realista.
La aventura que narra esta novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916. Aquí se cuenta la peripecia vital de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement. Héroe y villano, traidor y libertario, moral e inmoral, su figura múltiple se apaga y renace tras su muerte. Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo con argumentos. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía peruana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo, pues tras ellos se revelaba una verdad dolorosa: no era la barbarie africana ni amazónica la que volvía bárbaros a los civilizados europeos; eran ellos, en nombre del comercio, la civilización y el cristianismo, quienes cometían los actos más bárbaros. Estos dos viajes y lo que allí vio, cambiarían a Casement para siempre, haciéndole emprender otra travesía, en este caso intelectual, tanto o más devastadora. La que lo llevó a enfrentarse a una Inglaterra que admiraba y a militar activamente en la causa del nacionalismo irlandés. En plena I Guerra Mundial, viajó a Berlín para conspirar contra el Reino Unido y participó en el Alzamiento de Pascua de 1916, hecho que lo llevaría finalmente prisión.
En el resumen aparece la esencia de la novela, localizaciones muy concretas, Londres, el Amazonas y el Congo, y por extensión zonas de África visitadas por el denunciante anticolonialista Roger Casedement, protagonista absoluto y autor de unos informes que conmocionaron a la sociedad europea del momento, por las atrocidades descritas en él acerca del fenómeno Imperialista de finales del siglo XIX.  
Respecto al personajes puedo decir que está documentado todo lo referente a su papel como activista irlandés detractor de los abusos coloniales, siendo las vivencias de Roger uno de los aspectos más desarrollados en la novela, de ahí que personalmente se me haya hecho desagradable por el recreo del horror y lo repetitivo de ciertas escenas. Encuentro la novela demasiado biográfica a pesar de haber reflejado el viaje físico y existencial de Casedement, Llosas pone patente la indignación y el dolor sentido por el viajero ante la violencia desmedida de una pequeña pero implacable parte de la humanidad.
No voy a decir que es la mejor obra del escritor peruano, a ratos he tenido que saltar pasajes que recordaba insufribles, incluso recuerdo haber avisado a una compañera que lo estaba leyendo que se preparara porque lo último que se hace es disfrutar; pero es un tema de Historia y a mi me apasionan, a ratos es entretenida y en momentos tediosa, pero no por ello reconozco que aleccionadora y formativa. Lenguaje duro como los hechos que describe, la estructura con cambios temporales y los personajes secundarios bien tratados.
No todo lo de este autor me ha gustado, pero quizás esta segunda vez me ha resultado más llevadera su lectura. Hace unos días al comenzar las clases de Historia del Mundo Contemporáneo, les explicaba a mis alumnos que la Historia de la Humanidad está plagada de genocidios, que todos hacemos alusión a los crímenes contra el pueblo judío, pero que la esclavitud fue sin duda uno de los más atroces de nuestra existencia y que al normalizar estos atentados y dejarlos reposar en la memoria parecen perder importancia; estos y otros tantos que ya he comentado en otras novelas, prueban la capacidad ilimitada y sin caducidad del HOMBRE para ejercer el poder y el mal, y los que no lo hacemos lo contemplamos que al fin y al cabo es una forma más de ser parte de estas atrocidades.
“Todos nuestros sueños se pueden hacen realidad si tenemos el coraje de perseguirlos”.

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