lunes, 22 de febrero de 2016

La tierra que pisamos, Jesús Carrasco


No seria justo decir,que lo que más me ha gustado de esta gran obra, es la portada; hace años, estuve en una casa rural en el norte de Cáceres y de entre las muchas bellezas y originalidades de la misma, estaban imnumerables botas catiuscas, de esas de goma y colorines, haciendo de tiestos de macetas; imagen que nunca he olvidado y que al ver la portada de “La tierra que pisamos”, me trajo gratos recuerdos.
Tras su insuperable “Intemperie”, Jesús Carrasco vuelve con una narrativa única y extremadamente dura, que me ha llenado de serias contradicciones y me hace muy difícil reseñar; intentaré no caer en la torpeza de compararla con su ópera prima, aunque no prometo nada. Como curiosidad, contar que me la han regalado dos veces, marido e hijo; y es que fueron muchos los halagos que le hice al libro de “la ovejita”, como le llamaba cariñosamente a esa brutal novela de este escritor extremeño.
Para facilitar esta compleja historia, mejor dejo la sinopsis, que ahí se condesan las pretensiones del autor y la visión de los entendidos:
A comienzos del siglo XX España ha sido anexionada al mayor imperio que Europa ha conocido. Tras la pacificación, las élites militares eligen un pequeño pueblo de Extremadura como gratificación para los mandos a cargo de la ocupación. Eva Holman, esposa de uno de ellos, vive su idílico retiro en la paz de su conciencia hasta que recibe la visita inesperada de un hombre que empezará ocupando su propiedad y acabará por invadir su vida entera.
Confieso, que tuve que leer varias veces este resumen para centrarme en la historia, para apreciar que existían tres tramas diferentes y que las vamos descubriendo por la exposición del contenido de un diario, el de Eva, la protagonista femenina; la primera, referida a la actitud de esta mujer hacia el extraño que merodea y acampa en las inmediaciones de su hogar, la segunda, todo lo referente a la vida de este intruso de nombre, Leva y su paso por los campos de exterminio donde estuvo prisionero, y la tercera y última, el trágico final de quien nunca debió acercarse a lugares prohibidos y que prefiero no desvelar.
En ocasiones me pareció de una dureza extrema las descripciones de Jesús, incluso tuve que aparcar el libro unos días por razones personales y porque el ánimo no era el adecuado; por supuesto no es la lectura, a mi juicio para antes de dormir, un par de noches me desveló y tomé la decisión de no volver hacerlo. Cuento todo esto para no engañar a nadie sobre el tipo de relato, y para advertir que no es una narración apta para todos los públicos, aunque bien es verdad que deberíamos leerla sin prejuicios y con las expectativas de saber que algo bueno lograremos de ella.
Dice su autor que la novela intenta mostrar el modo en el que nos relacionamos con la tierra, con el lugar en el que nacemos, pero también con el planeta que nos sostiene; pasando por todas las maneras posibles, desde las más tradicionales a las más mercantilistas.
Para mi en el fondo ha resultado muy previsible, sabía lo que iba a pasar desde casi sus inicios, incluso lo que tocaba contar en el diario, antes de que empezara la narración, todo está muy medido y controlado, con pocas sorpresas; he sentido temerosa un final inevitable por el acontecer de los hechos, no en vano es una novela de “cuentos de hadas”.
Me ha parecido extraño que Jesús diera a conocer lo que estaba por venir, a través de la narración de Eva y la lectura de su diario; sinceramente la metáfora es muy compleja y las cargas de horror se muestran en grado superlativo. Como gran mérito, la presencia de un número muy reducido de personajes exquisitamente perfilados, sobre los que recae la totalidad del argumento.
Me gustaría que mi reseña no desanimara a nadie, yo pienso que alguien que tarda años en volver a sacar una novela es un buen escritor, los escritores que lo hacen apresuradamente no tienen la calidad literaria de estos genios, sin desmerecer sus habilidades claro, pero solo quiero deciros que es muy buena, pero tal vez no ha sido un buen momento para mi, de manera que elegid uno bueno para vosotros, y a por ella. Jesús no creo que os decepcione.

Ponga un pez en la tierra y él recordará el océano hasta su muerte. Coloque un pájaro en una jaula, y aún así nunca se olvidará del cielo”.

1 comentario:

  1. Me gustó, mas que intemperie porque el autor no carga tanto el libro con un vocabulario que se acaba convirtiendo en una losa, y no por lo difícil. En este caso, tampoco consigue impactarme, me deja bastante fría y es que, empiezo a pensar que no empaticamos en las letras. Una pena
    Besos

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