jueves, 7 de enero de 2016

Las hijas de Zalman, Anouk Markovits

Una mañana de domingo, aterricé en la biblioteca y dando vueltas por las estanterías, encontré esta curiosa novela que no me dejó para nada indiferente. Aunque no lo parezca, me resulta difícil su reseña, de manera que vamos a ver que sale.
Es la primera obra de Anouk Markovits escrita en inglés, criada en Francia y afincada en los Estados Unidos, nos presenta una novela con fuertes tintes autobiográficos, eso sí , sepultados bajo la ficción de los hechos que narra y alejada de las pretensiones que la relacionen con el relato de su propia vida. Gracias a sus orígenes está muy bien documentada y al haber vivido en primera persona muchas de las experiencias de nuestras protagonistas, la veracidad de los hechos cobran una fuerza incuestionable y provoca que te atrape desde sus inicios hasta la última de sus páginas.
Podía poneros la sinopsis, pero prefiero contaros el argumento a mi manera; dos medio hermanas de lazos muy estrechos sentimentalmente hablando, forman parte de una familia de la comunidad jasídica Satmar de la Europa del Este, nos situamos en un momento de huida en la frontera entre Hungría y Rumanía en pleno ascenso de los ataque antisemitas. El destino será París, y llegadas a la adolescencia su destino quedará ligado a las exigencias y costumbres de dicha comunidad de extremo fanatismo religioso, en este marco asfixiante de secta que se repliega hacia su interior, sus obligaciones y compromisos, hacen a Mila y Atara, dos mujeres educadas en la más estricta rigidez e irracionalidad, lo que desencadena posturas muy diferente por parte de cada una de ellas y que marcaran sus destinos entre la terrible decisión de resignarse o romper, obedecer o respirar, permanecer o huir.
El tema de la novela es sin duda, presentar el mundo ultraortodoxo de esta rama del judaísmo que rechaza la creación del Estado de Israel; el recreo que la autora hace en la religión es inteligente y premeditado. Esta línea que reniega del sionismo, nace en el siglo XVIII en Hungría, son estos hombres de largos tirabuzones, sombreros y abrigos negros que llaman poderosamente la atención y que reconocemos como los representantes más cerrados y reacios a la modernidad del mundo judío. En algún párrafo de la novela se llega a leer, que el Holocausto es una obra más destinada a fortalecer al mundo judío, que su mesías así lo ha decidido y que por tanto ha de ser recibida con honor. Curioso, pero lo leeréis. Estas y otras realidades dadas a conocer a través de la vida de sus protagonistas evidencian el conflicto y la cuestionabilidad de unos valores que hoy son como poco difíciles de aceptar.
Lees lo que narra Anouk y aprendes que los jasíditas, consideran a la nación judía un pueblo aparte de la Humanidad, que no deben mezclarse con nadie y que su exilio, al igual que otras penalidades de su historia, deben aceptarse por decisión de Dios, contra el que no deben rebelarse y mucho menos cuestionarlo. Su libertad llegará cuando Él así lo decida. Vamos, que según esto, me atrevería a decir que el “extremismo religioso es Patrimonio de la Humanidad”.
Está escrita con una descarnada autenticidad, bien estructurada, personajes de lujo, con actuaciones muy justificadas, creíbles en todo lo que viven, prosa sencilla, y extensión que no llega a doscientas cincuenta páginas; suficientes para que esta escritora nos haya proporcionado información acerca de una sociedad hermética, de leyes inflexibles, en la cual los cabezas de familias dominan y controlan todos los ámbitos de la vida, incluso los más privados e íntimos, donde desafiar lo establecido supone la expulsión sin posibilidad de perdón.
Con esto quiero deciros que la tensión en la lectura es permanente, porque la represión externa de Mila y de Atara no es nada comparada con la opresión interna y el peaje que una de ellas paga por la decisión de escapar a este universo preestablecido.
Aunque el argumento no invita a la risa, es una mezcla de pequeñas historias de dulzuras y amarguras que no deja de ser la realidad en estado puro. Hay momentos que te quedas con la boca abierta, otros que te provocan rabia y muchos, que la sorpresa te corta la respiración.
Os la recomiendo encarecidamente y como curiosidad contaros que Anouk, la autora, a quien se le vincula un paralelismo con Mila, nos cuenta este relato tras treinta años de su propia huida, motivada por el rechazo a un casamiento concertado por sus padres, padres de los que jamás ha vuelto a saber nada.

"La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. Madura a la vez que nos damos a los otros" .

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