lunes, 14 de diciembre de 2015

El regalo, Eloy Moreno

Hoy le toca la ocasión al “último libro” que he leído, al “último regalo” que me han hecho y para que no haya dos sin tres, a “la última novela” del escritor Eloy Moreno.
Cuando voy al Corte Inglés, ya se que suena algo “cateto”, hay algo que no es negociable; aprovechar la oportunidad de visitar la sección de libros, los miras, los tocas, casi los disfrutas como tuyos... en esta ocasión surgió en Sevilla y para nada fue en valde. Mirando y sin verlo acabó en mis manos; ya conocía al autor, no así la publicación de esta “última” entrega, por eso siguiendo las recomendaciones de Teito, me dejé llevar sin resistencia ante el ofrecimiento de un “regalo” inesperado y gustosamente recibido.
Mi primeros contactos con Eloy vinieron de la mano de “Lo que encontré bajo el sofá”, ya entonces me pareció que su forma de contar las cosas eran originales y agradables de leer, igualmente confieso que no he leído “El bolígrafo de gel verde”, aunque sabiendo el esfuerzo que entrañó su publicación seguro que acabaré haciéndolo, completando las lecturas este funcionario dedicado al difícil arte de escribir.
Tengo muy fácil lo de no poner sinopsis, aunque no es lo habitual, no aparece en el libro, más bien es un párrafo alusivo a lo que nos encontraremos dentro; ahora bien, si yo tuviera que contar de qué va para animaros a leerlo, diría: “Un ciudadano cualquiera que cuenta con una calidad de vida impecable, sufre un inesperado revés el mismo día que estrena su flamante coche nuevo, el robo del mismo, es el desencadenante de un rosario de acontecimientos que alteraran su perfecta y acomodada existencia”.
Con estas líneas es posible adivinar el argumento pero la trama y el desenlace no se dejan ver hasta bien avanzada la lectura. Escrita en capítulos de una brevedad inusual, favorece el ritmo de la historia, con un lenguaje sencillo, ágil y agradable, asistiendo a la mezcla de historias que se desarrollan en diferentes espacios físicos y temporales y que acaban entrelazándose a la perfección. Hay una diferencia entre la historia “eje” y lo que yo llamaría historias “bisagras” que se intercalan alternativamente.
La confusión está servida desde la primera página; un padre está contando un cuento a su hijo antes de dormir, al terminar dicho cuento todo cobra forma a modo de fábula adaptada a los tiempos modernos. Por supuesto no quiero seguir desgranando el libro porque una de las pretensiones de Eloy es hacer volar nuestra imaginación y sin duda invitarnos a las reflexiones acerca de los valores perdidos en una sociedad como la actual, muy criticable por lo que consideramos imprescindible en detrimento de lo verdaderamente importante, el valor de “las pequeñas” y “cotidianas cosas”; es tanto como decir que hay que replantearse nuestro actual estilo de vida a base de ejercicios emocionales que despierten nuestras aletargadas conciencias.
Numerosos personajes a cual de ellos más extraños, vivencias originales y casi surrealistas, escenarios mágicos, una isla donde todo el mundo parece ser feliz, tres días para cambiar una vida entera, misterios, curiosidades, intrigas, sobresaltos y hasta decepciones; todo eso y más es utilizado para conducir al personaje principal hacia el caos más absoluto.
He pensado con este libro que somos victimas de un montón de “hipotecas” y no me refiero solo a la de los bancos, son más inquinas las hipotecas familiares, laborales, sociales y por supuesto las sentimentales y emocionales. Buscando el origen de estos “males” que nos aquejan a la mayoría, miro a la infancia y creo que desde pequeños se nos educa y manipula para ser parte de este puzle que nos convierte en esclavos de la rutina y prisionero de nuestros caprichos... y así nos va.
Muchos dirían que es un libro raro porque no se ajusta a la estructura narrativa habitual, y en consecuencia no puedo asegurar el género al que pertenece
Desde el primer renglón me gustó, me enganchó y sin prisas la disfruté; creo que ha sido un “regalo” leerla. La he encontrado tierna, sensible, que nadie se asuste por lo filosófica que me he puesto, en el fondo no resulta un Premio Nobel, pero sí una narración bien contada, entretenida y hecha para disfrutar... un “regalo” para los sentidos, escrita con buen gusto y bajo el inconfundible sello de este joven y prometedor escritor.
Os la recomiendo para vosotros y para “regalar”. Bonita por dentro y por fuera.

No necesito que mis sueños tengan más poder que mis excusas”.

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