domingo, 30 de agosto de 2015

No está solo, Sandro Dazieri

Siguiendo la línea de Dicker y Lamaitre, Sandro Dazieri, nos presenta una novela negra, con todos los ingredientes a los que estos escritores nos tienen acostumbrados. Aviso que en esta ocasión son más de quinientas páginas de trama compleja en sus inicios y enredada hasta el final; por supuesto de ritmo trepidante, con grandes golpes de efectos, que la hacen aceptable dentro de este género tan seguido por muchos de nosotros.
Un niño desaparece a las afueras de Roma. La madre es encontrada muerta y los investigadores creen responsable al marido de la mujer. Sin embargo, cuando Colomba Caselli llega a la escena del crimen se da cuenta de que algo no cuadra.
Colomba tiene treinta años, es guapa, atlética y dura. Formó parte del Departamento de Homicidios de Roma, pero desde hace meses es incapaz de superar lo que llama «el Desastre», hasta que este caso vuelve a llevarla a la acción. Para resolverlo contará con un colaborador tan eficaz como peculiar: Dante Torre, un joven genio cuya capacidad de deducción solo es igualada por sus paranoias. Él también es un superviviente: fue secuestrado durante once años en un silo por un hombre que se hacía llamar «El Padre». Ahora tiene pánico a los espacios cerrados y ha hecho de su habilidad para encontrar a personas desaparecidas su trabajo.
En la búsqueda de la verdad, Colomba y Dante deberán enfrentarse a su mayor pesadilla ante un caso de ramificaciones insospechadas”.
Como veis, los elementos que caracterizan el argumento son muy familiares; dos investigadores, hombre y mujer, ambos arrastran un pasado, los dos se deben enfrentar a sus propios miedos y fantasmas de sus respectivas vidas y por supuestos, en una situación de vulnerabilidad emocional que comparten desde hace tiempo.
Es el modelo de thriller europeo, dividido en capítulos para garantizar el enganche de la lectura; lo curioso aquí es que cada uno hace de llave para poder abrir y entender el siguiente y eso lo hace muy absorbente, lo que demuestra una escritura rápida y envolvente por parte de Sandro.
No niego que la tensión es progresiva, va en crescendo hasta confeccionar una espiral de ansias por avanzar y conocer más de la historia. Creo que en el propio argumento hay una intencionalidad de hacer una trama que confunda... tipo a lo cinematográfico, cuando ya decides quien es el asesino y luego todo es justo lo contrario; pues ese juego seduce y ayuda a no abandonar las pistas que el autor deja para relacionar las vivencias de Dante, nuestro investigador, con los hechos que ocurren en su realidad más cercana.
No tengo nada que objetar respecto a los personajes, estan trabajados con esmero, aunque se recrea en el perfil del miedo, del trauma y de las extravagancias de cada uno de ellos. Ambos, se convierten en inseparables y unidos por el desafío y la necesidad de encontrar a Luca, el niño secuestrado en las mismas circunstancias en las que una vez lo fue Dante.
Podría ser más una serie de televisión que una novela negra, lo dejaría en novela policíaca, con la particularidad narrativa de alternar lo presente con hechos “padecidos” en el pasado y que han construido por completo la vida de uno de los “actores” ejes de la novela.
Aunque las últimas cien páginas son las más excitante, para mí sobran al menos otras cien, resulta excesivo la cantidad de tópicos y acciones repetitivas y las continuas crisis personales y emocionales que el autor relata de cada personaje,demasiado estereotipados..., pero las dosis de intriga restan importancia a estos detalles; además, los que elegimos leer este tipo de historias sabemos que todo esto tiene que aparecer para hilvanar la trama y que no deje de ser adictiva y así poder terminarla.
El escenario es muy europeo, Italia y lo más emocionante su final...

Hay momentos en los que la vida separa a determinadas personas sólo para que entiendan lo importante que son la una para la otra.” 

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