martes, 30 de junio de 2015

El dios de Darwin, Sabina Berman

No recuerdo ahora mismo, quién me habló de Sabina Berman y de otra de sus novelas de largo título que al igual que esta, tengo pendiente de reseñar. De momento la portada tan atractiva, presagiaba un rato agradable de lectura, de manera que le he dado una oportunidad y en líneas generales, no es “para celebrarlo”, pero, leída queda.
Para empezar, os dejo la sinopsis en un intento de convenceros para leerla:”Karen Nieto es distinta a la mayoría de los «mamíferos habladores». Contrató a la única persona con la que trabaja y convive porque no compartía con ella ningún idioma. Pero al mismo tiempo esta sensibilidad tan particular la ha convertido en una biológa marina de fama mundial. Mientras nada en medio del océano rodeada por sus queridos atunes, Karen recibe una petición de la Interpol. Un compañero de la universidad ha desaparecido y, al parecer, ella fue la destinataria de su última llamada de socorro. Karen consigue descifrar el mensaje de su amigo y dirige sus pasos hacia el Archivo Darwin, en la abadía de Westminster, donde descubre que un texto póstumo del autor de “El origen de las especies” ha desencadenado una fascinante intriga. En caso de ser auténtico, ese documento revelaría los últimos hallazgos de Darwin, y ahora la ciencia y la religión, estarían más unidas que nunca”.
Con esto puedo decir que es un thriller acerca del legado de Darwin, presentados en capítulos cortos y de fácil lectura. Lo mejor es el inicio que engancha por lo particular de la personalidad de la protagonista, pero para mi sorpresa, tras ese comienzo original, todo empieza a derivar irremediablemente en una narración al más puro estilo “Código Da Vinci”, y es ahí donde se desvanecen mis expectativas...
Conspiraciones, tramas alrededor de testamentos, pergaminos por descifrar, pistas secretas, abadías, bibliotecas y por supuesto la inteligencia de Karen, una zoóloga autista a la que no se le escapa nada, inteligente y rebelde...¿Se puede pedir más?. En general el misterio se mueve en la duda de la conversión religiosa que pudo sufrir Darwin, por aquello de estar documentado su particular visión de la Iglesia.
La trama se desenvuelve en dos momentos paralelos, con saltos en el tiempo pero bien hilvanados; por un lado nuestra detective y por otro, el largo viaje de Darwin alrededor del mundo.
Es una mezcla de realidad y de ficción, con temas curiosos y aceptables como la evolución de la especie humana,, la ciencia, la naturaleza y por supuesto la existencia de Dios.
La he notado larga, con cambios de ritmos que hacen plantearse el abandono y que sorprendentemente recuperan el interés, hasta considerarla entretenida pero sin aplausos. Me ha gustado la discreción y humildad de Karen y la sencillez a la hora de narrar de la escritora mexicana.
Puede resultar atractiva para los apasionados de Darwin y la evolución, por lo mucho que ahonda en el binomio, Ciencia/Religión. Os la recomiendo y si dado el momento os aburre, podré entenderlo, pero yo la terminé porque le saqué a esta trama su justa carga histórica y el valor del nada despreciable legado de ese amante de la vida que fue Charles Darwin.

No es el más fuerte ni el más inteligente el que sobrevive, sino aquel que más y mejor se adpta a los cambios”
Los pelotudos son la única especie en peligro de expansión”.

viernes, 26 de junio de 2015

La vida era eso, Carmen Amoraga

Este, es uno de esos libros que yo describo como terapéutico, pero que no por ello le apetece o le hace bien leer a todo el mundo. Carmen Amoraga es una de las escritoras que frecuento, porque casi todas sus novelas me aportan algo interesante y me ayudan a resolver situaciones emocionales, que a menudo provocan un cortocircuito en los cables que discurren alegremente en mi cabeza.
La vida era eso”, obtuvo el Premio Nadal en el 2014 y el tema de la novela no es novedoso en la autora, una vez más, la muerte se hace con el papel estelar de la misma, ella y sus efectos devastadores para los que la contemplan. Os pongo la sinopsis resumida para situaros en la historia.
La muerte fulminante de su marido deja a Giuliana devastada y sola con dos hijas pequeñas. Superar un día tras otro está poniendo a prueba su resistencia y su imaginación, mientras pasa de la incredulidad al enfado, y de ahí a la idealización de su relación con Willians.
Descubre entonces, además de irrepetibles momentos que su memoria convoca una y otra vez, el legado más hermoso de Willians: una intensa red de relaciones que le traerán una nueva forma de estar en el mundo y le enseñarán, gracias al apoyo de los demás, que aprender a perder es aprender a vivir.
Bueno, como la vida misma, por eso me gusta; he querido ver que en esta ocasión nos quiere enseñar que el reto de la vida es aceptar la muerte, no la nuestra, algo innecesario de aprender, sino la de los seres queridos, un desafío imposible de imaginar. Es el retrato de una familia cualquiera, próxima, con personajes de carne y hueso, con sus dramas y su mala suerte, tan cercanas que podíamos ser nosotros; y es esto lo que priva a la novela del factor sorpresa ya que desde el inicio conocemos su final.
No quisiera hacer una autopsia de la obra, pero tal y como dice la misma Carmen, es una invitación a la reflexión, al desafío que entrañar superar y aceptar la marcha de los seres queridos y a vislumbrar que detrás de tanto dolor existen segundas oportunidades que no debemos dejar escapar.
Al leerlo, me he acordado de muchas amigas que deberían haber hecho el comentario por su experiencia en primera persona, a ellas les dedico estas letras y no hace falta que las nombre porque saben demás que las tengo muy presentes.
Podía desaconsejar su lectura, pero el aire de la narración es bastante optimista gracias a la intervención de “Internet”, de las redes sociales y el tratamiento que la autora hace de esta tabla de salvación, que aporta dosis de de respiro a unos momentos repletos de angustia y desesperación. Es una novela muy potente pero con la tragedia dulcificada, que nos da pistas para recorrer el camino sórdido de la muerte y extraer lo positivo una vez que este termina.
Son muchas las muestras de humor que aparecen en el relato y su efecto es cicatrizante, por eso la he encontrado triste y a la vez alegre; con una trama perfecta dentro de un ritmo lógico ajustada a la realidad de los hechos que relata. Sin duda me ha llamado la atención como, Giulana, la protagonista, evoluciona como persona de forma paralela a las fases de su duelo, en un diseño de ser creado para sobrevivir, como la mayoría de los mortales.
Carmen Amoraga, vuelve a contar historias de gente corriente, de héroes cotidianos, que viven una montaña rusa de emociones, de exigencias diarias, de recuerdos y añoranzas, en una actualidad desgarradora de la que nadie queda a salvo.
Quiero terminar animando a su lectura, porque no todo es triste en ”La vida era eso”, concede una tregua en los incisos que dedica al repaso que la protagonista hace de su vida en pareja con su marido, Willians, en este balance aparecen conmovedores momentos buenos y malos, como ha de ser en una vida en común; y esto me ha parecido tierno y entrañable, todo muy real, lejos de la idealización en la que caemos cuando pensamos en el ser que nos ha dejado.
De verdad si la leéis con predisposición, os gustará tanto como a mi.
La muerte no se lo lleva todo, se lleva solo una parte, la parte mala... y eso es una verdad a medias”.
El mundo, muy a nuestro pesar no se detiene, sigue girando, se marche quien se marche y permanezca quien desea irse”.
Hay que aprender y resignarse a perder para volver a ganar y lograr sobrevivir”.

domingo, 21 de junio de 2015

Aguas Heladas, Gisa Klonne



Hoy toca una novela de la alemana Gisa Klonne, trescientas cincuenta páginas de intriga y suspense, de esas donde no falta una inspectora que busca a la amiga desaparecida y que podemos encuadrarla en el género de novela negra.
Mejor y para animaros a su lectura os dejo la sinopsis:
La inspectora Judith Krieger no pasa por su mejor momento. Muy afectada por la muerte de su compañero, sufre pesadillas y comete repetidos errores en su trabajo. Se toma unas vacaciones, pero antes de reincorporarse al trabajo, decide investigar la desaparición de Charlotte, una amiga ornitóloga que había viajado a Canadá. Al mismo tiempo, en Colonia, Manfred Korzilius, amigo y compañero de trabajo de Judith, investiga la desaparición de un niño mientras se paseaba con su perro. Las sospechas recaen inmediatamente sobre su padre adoptivo, con el que no mantenía buenas relaciones. Incluso su propia esposa sospecha de él, ya que acaba de retirar una gran cantidad de dinero de su cuenta común y su comportamiento es de lo más extraño.
lAl leerla me recordó a otras tantas de este tipo que nos atraen por las portadas o por lo refrescante del título, aunque en honor a la verdad, no hay ninguna referencia que justifique el mismo.
Dos tramas paralelas se desarrollan de la mano de dos policías degradados por motivos laborales, ambos responsables de errores de consecuencias irreparables. Capítulos cortos y de lectura fácil que hacen posible terminarla y no sucumbir a su abandono. Entretenida y sin grandes pretensiones, es una más de las que invaden el mercado editorial actual; imagino que fruto de la demanda de los lectores y los intereses comerciales, vamos un poco de todo.
El suspense del argumento se acompaña del psicológico, la vida de los protagonistas se desvela a medida que avanza la narración, y todo de forma alternativa, sin ser una mejor ni más excitante que la otra.
Aunque es la cuarta novela de la alemana Gisa, no llega al nivel de los grandes del género, pero está bien escrita y se ha sabido abrir camino y mantenerse en la brecha de los que acceden al difícil mundo de la escritura.
Ambas historias nunca se cruzan, que nadie espere que se unen en un momento inesperado, nada más lejos de la realidad; aunque el final es excesivamente novelesco y poco creíble, os animo a darle una oportunidad o al menos la pongáis en vuestra lista de lectura para el verano que se aproxima.
Hace casi un año que la leí y tengo buen recuerdo de ella, porque estas son las elecciones que te ayudan a pasar tardes de relax en esa maravillosa época de descanso y playa.

Los colimbos son las aves que viven entre el mundo de los vivos y los muertos, curiosas criaturas que abarcan todo el saber de ambos mundos”.




domingo, 14 de junio de 2015

Novela de ajedrez, Stefan Zweig

Una vez más tengo que agradecer a mi amiga Vicky el haberme hablado de uno de los mejores escritores del siglo XX, Stefan Zweig. Este autor llegó a mi a través de ella y de dos novelas que a mi juicio, no siendo malas, distaban mucho de ser lo que es “Novela de ajedrez”; es el legado de un escritor capaz de contar con gran maestría en menos de cien páginas, una historia dramática, de intriga, con grandes reflexiones, intensa, con una prosa de gran riqueza y siguiendo la forma íntegra de narrar que tuvo este extraordinario escritor.
Después de algunas novelas he indagado en la biografía de Stefan y me apena conocer que el devenir de la Historia conduce a seres tan especiales a finales sin retorno. “Novela de ajedrez” se publicó con carácter póstumo tras el suicidio de sus autor y una vez conocida su trayectoria de vida, me atrevo a decir que he reconocido rasgos autobiográficos en el relato, tanto en la trama como en los personajes. El argumento es sencillo, tal y como nos tiene acostumbrado no necesita artificios ni complejidades para lograr sus objetivos literarios y personales.
Utilizando el ajedrez como hilo argumental y con un número de personajes tan limitado como el número de páginas, nos presenta una historia a través de un duelo de ajedrecistas, al que se une un viajero misterioso que engrandece la trama al contar su pasado más reciente, ese, que le ha condicionado su presente inmediato y gracias al cual goza de esos apabullantes conocimientos de un “juego” tan noble como es el ajedrez.
Stefan construye excepcionalmente este breve relato sin rodeo, haciéndonos participe de lo que narra, con linealidad y evitando que nos perdamos en el tiempo. Yo he disfrutado porque lo que parecía una novela de ajedrez ha resultado ser una biografía de supervivencia con tintes históricos, ambientada en un viaje con alusiones a los expatriados, con personajes que representan mundos antagónicos, con referencias a sociedades contrapuestas y lo mejor de todo una auténtica joya de descripción psicológica de todos los personajes.
Tengo la sensación que el ajedrez es el recurso del autor para poner en marcha el engranaje de la novela, sin duda gozaba de grandes conocimientos al respecto. Cuando llegamos al relato personal del Señor B, descubrimos por un lado que la mente humana es tan especial que puede ser capaz de construir complejidades sin límites y es a través del juego que Stefan desgrana y nos muestra los intrincados caminos de luces y sombras del cerebro humano.
En este pasaje en el que nos llega la terrible experiencia del señor B, reconocemos la denuncia política hacia el Nazismo, sus métodos de actuaciones, las torturas, la privación de libertad y las persecuciones para acabar con la dignidad de aquellos que se cruzaron en sus caminos. En más de una ocasión se teme más por la aniquilación mental que por la física.
El ajedrez entra aquí con un papel estelar, nuestra víctima desarrolla un mecanismo de defensa para superar el aislamiento impuesto por sus torturadores; con posterioridad esa misma tabla de salvación se convertirá en un arma mortal que derivará en el deterioro de la mente, en disociaciones de personalidad y situaciones obsesivas compulsivas.
Cuando leí los datos biográficos de Stefan Zweig reconocí en la novela mucho de si mismo, vivió el exilio forzado, estaba convencido de la victoria del Nazismo y eso condicionó su obra y su vida, de ahí que se suicidara ante el miedo a vivir en un mundo sin libros, sin cultura, privado de los valores que defendía. Ante él un tablero en blanco y negro, con dos jugadores, la humanidad y Hitler, la gran partida de la Historia y un único ganador; sentimientos y temores que le privaron de un final ”feliz”.
Hay que leerla en una tarde de esas que ante una película ya sabemos el final, con un café largo y un buen sillón... sin prisas, sólo con el deseo de disfrutar, aprender y descubrir una vez más que “la realidad supera infinidad de veces a la ficción”.
Quiero cerrar esta reseña, con una muestra de la agudeza descriptiva de este escritor acerca del aislamiento al que se puede someter a un ser humano privado de compañía.

"Vivía como un buzo bajo la campana de cristal en el negro océano de aquel silencio; [...] Nada que hacer, nada que oír, nada que observar; el entorno de la nada, el vacío total, sin espacio ni tiempo. Me paseaba arriba y abajo y conmigo iban mis pensamientos, arriba y abajo. Una y otra vez, arriba y abajo. Pero incluso los pensamientos, por muy etéreos que parezcan, requieren un punto de apoyo, pues de lo contrario giran y giran en torno a sí mismos, en un torbellino sin sentido; tampoco ellos soportan la nada. Desde la mañana a la noche se está a la espera de algo que nunca llega. Se espera y se espera. Y no ocurre nada. Y se sigue esperando, y esperando, y esperando..., y pensando, y pensando, y pensando... hasta que duelen las sienes. Y no ocurre nada. Y estás solo. Solo... solo...

martes, 9 de junio de 2015

El libro de las pruebas, Jhon Banville

Primera novela que leo del escritor irlandés John Bauville: es uno de estos libros algo raros y de gran profundidad psicológica que acabas descubriendo por azar o por recomendaciones de amigos. Especialmente no ha resultado inolvidable, pero dentro de lo diferente, está bien.
Creo que es acertado que os ponga la sinopsis para convenceros de que la leáis.”Frederick Montgomery tiene treinta y ocho años, y está en la cárcel a la espera de que le juzguen por robo y asesinato. Pero este libro de pruebas que no prueba nada, esta confesión dirigida al juez, no pretende conseguir una sentencia más leve, sino indagar en las causas del crimen, desvelar el opaco enigma que Freddie es incluso para sí mismo. Hijo de buena familia, científico brillante durante un breve período de su juventud, se ha pasado los últimos años a la deriva, errando por islas del Mediterráneo nada paradisíacas, entre bares de mala muerte y una bohemia mucho más cerca de la degradación que del arte. Hasta que de regreso a Irlanda a buscar fondos, y en el curso de un robo absurdo, arrastrado más por una oscura fascinación que por la necesidad, secuestra y mata a una joven criada”.
Claro, cuando me decido a leer este tipo de novelas tan especiales, me pregunto, ¿qué se le pasa por la cabeza a un hijo “de buena familia” para hacer esta barbaridad? ¿estamos a salvo de no ser nosotros los que acabemos protagonizando un hecho tan deleznable como este? … Ya se ha reducido mucho nuestra capacidad de sorprendernos, cuando leemos sucesos de esta índole en los periódicos o los escuchamos en los noticiarios, la violencia a todos los niveles se ha normalizado hasta hacerla cotidiana; por eso me ha gustado leer este relato bastante breve que yo diría es una reflexión de los secretos del corazón de Frederick, en cuya confesión deja al descubierto un auténtico estallido como ser humano, de lo que ha sido para él la experiencia de una muerte, de un asesinato, del que se siente único autor.
De esta manera, se convierte en el narrador de los hechos, en una trama de estilo elegante y conciso que “prueba” la calidad literaria de este original autor. Puede resultar algo compleja por la carga psicológica que tiene la narración, por lo mucho que se recrea en el escrutinio mental de individuos capaces de estas atrocidades y porque en el fondo nos lleva a preguntarnos por nuestro yo más profundo.
Son escasamente doscientas cuarenta páginas de gran profundidad moral, escritas como mucho detallismo y a mi gusto le falta ritmo, en bastantes tramos resulta lenta; incluso me he perdido en algunos pasajes porque carecen de credibilidad, especialmente en el origen de los hechos que podría estar mejor explicado. Todo el peso de la novela recae en el único personaje y en su relato confesional.
Poco más puedo deciros, no es una novela al uso, pero es original y se sale de los argumentos simplistas. Algo que me ha gustado son las frases en cursivas que te hacen pensar y reflexionar sobre situaciones que pasan de puntillas por la vida y de las que podemos tomar buena nota para que estas no caigan en el olvido.
Recomendable por si queréis algo diferente.

Es imposible adivinar el final de una historia mientras se está viviendo, carece de contornos y se constituye como una serie de palabras, y datos incipientes y, para ser sinceros, nunca recuperamos toda la información de aquello que fue”.

miércoles, 3 de junio de 2015

Mañana no será lo que Dios quiera, Luis García Montero

Hasta mañana si Dios quiere”, esa es la frase que desde niño escuchamos y que hoy todavía decimos sin pereza al acostarnos. En esta ocasión, la frase está alterada a conciencia por el autor de esta biografía, Luis García Montero, quien escribió tras largas horas de diálogos con Ángel González, una novela cargada de emoción y literatura haciendo un recorrido por la infancia y adolescencia del poeta hasta su llegada a Madrid en los años cincuenta, para narrar cómo se forjó el carácter de un personaje lleno de humanidad y principios éticos.
Lo más llamativo sin despreciar el contenido, es la foto de portada, enternecedora y representativa de la época y por supuesto del mismo protagonista. Es una narración escrita a modo de conversación entre ambos, con un repertorio de recuerdos que evocan las experiencias de un pasado con momentos tranquilos y situaciones terribles y desgarradoras. Cada episodio genera una atención que acaba en admiración hacia el poeta.; por eso, la intención de Luis ha sido rendir un merecido homenaje a la figura de este poeta. Biografía de hondo calado humano, admiración y dureza, yo diría que no apta para todos los públicos.
Al igual que la vida de Ángel González, los escenarios se mueven entre Oviedo, Vetusta y Madrid; el poeta tenía diez años en la Guerra Civil y su vida quedó marcada por la tragedia de lo acontecido en su familia y el devenir incierto al que tuvo que enfrentarse. No obstante es un canto a la esperanza y lo mejor de todo una defensa al valor que los libros tenían en una España com aquella, reflejo del amor a la literatura de este representante de la poesía española
Si tuviera que recomendarlo lo haría con muchas reticencias. Reconozco que al principio esperaba una obra al estilo de García Montero, pero para nada es así. Es muy dura, tanto que no consigue suavizar los momentos tiernos y dulces que aparecen en el libro; es muy personalista y el autor vierte sus esfuerzos narrativos en ensalzar todas las etapas de quien fue uno de sus grandes amigos.
Solo puedo decir que las obras biográficas de quienes vivieron estas etapas de nuestra historia, no pueden estar sino cargadas de una realidad dura y pura y que “cualquier parecido con la realidad, se queda corto”.
La recomiendo sin dudar a los seguidores de García Montero y a los amantes de la novela histórica.

Para mí, las únicas certezas dignas de fe son las que desayunan dudas cada mañana”.