miércoles, 11 de marzo de 2015

La mecánica del amor, Mathias Malzius

Tengo que reconocer que este estilo de ilustraciones provocan en mi un auténtico efecto “imán”, me atraen y caigo rendida a sus pies por la originalidad, el color y lo sugerente de las imágenes representadas.
Mathias Malzius ilustra todas las portadas de sus obras siguiendo estos modelos, tanto es así, que verlas en los escaparates de las librerías no dejan lugar a dudas de su paternidad.
La mecánica del amor” y “La alargada sombra del amor” son dos breves novelas de este escritor francés que tienen como tema principal la cuestión universal del amor. Las dos las leí hace unos meses y las dos tengo intención de reseñar, pero comenzaré por la primera de ellas y lo haré de forma aislada a pesar de las muchas semejanzas que guardan dentro del inconfundible estilo del joven novelista de Montpellier.
Rompiendo una de mis reglas y ante la escasa duración de la obra, os resumo el contenido con su sinopsis. Jack, hijo de una prostituta, nace en la noche más fría del siglo XIX. Su corazón se encuentra congelado a causa de la temperatura muy baja, así que la doctora Madeleine, decide ayudar al órgano a través de un reloj mecánico hecho de madera.
Jack tiene que tener cuidado con su frágil corazón, ya que algunas emociones podrían acelerarlo junto con el reloj, y esto puede tener unas consecuencias nefastas: las agujas del reloj pueden perforarle la piel, y así, matarlo.
Y por eso la doctora Madeleine le deja bien claro que para sobrevivir tiene que respetar algunas normas difíciles de cumplir:
Evitar todo tipo de emoción que pueda alterar su corazón.
Nada de enfados,
Y sobre todo, nada de enamorarse.
Desde las primeras frases me vino a la cabeza el director de cine Tim Burton y su original manera de llevar a la pantalla historias, que como estas, siguen el esquema de lo que conocemos como cuentos góticos para adultos; Malzius es a las letras lo que Burton al cine. Aprovecho entonces para decir, que a pesar del gran éxito en Francia, es una literatura para un público muy determinado, pero apta para todos los que deseen pasar unas horas de entretenida y relajada lectura, sin temor a desperdiciar ni un minuto de nuestro preciado tiempo.
Sin duda es una historia de amor peculiar, narrada en primera persona, bajo un ritmo ágil y fluido, algo que comparte con su trama de estructura sencilla y fácil de seguir y reforzada con diálogos y vocabulario asequible, lo que nos permite valorarlo como un relato bien escrito, corto y de lectura rápida; tanto que no hay tiempo para encariñarse con el.
Sin apartarnos de la afirmación de ser una lectura poco habitual, me atrevería a decir que las ciento casi ochenta páginas de esta historia, mezcla de realidad y fantasía, es una historia de amor con mayúsculas; ese tema universal del amor es moldeado por Mathias hasta lograr construir una narración conmovedora en la que no faltan, personajes que sufren, búsqueda del ser amado, decepciones amorosas, dramas... hasta llegar a un final triste y cuestionado pero a mi parecer ajustado al tono de lo narrado.
Muy bien ambientada con la utilización de la luz como recurso que crea unos espacios melancólicos, tristes, fríos y paradójicamente románticos, que nos llegan gracias a las impecables descripciones del escritor.
Desde el punto de vista literario, Malzius se luce con el repertorio de frases inteligentemente construidas, el ir y venir por espacios muy dispares, su trama cerrada y ese final tan inesperado.
Respecto a los personajes que son el motor de la trama, sin distinciones me atrevo a decir que la excentricidad y la marginación están muy presente a la hora de dar vida a este reducido número de originales seres de un mundo “Timbartoniano” total. De entre ellos Jack, asume el papel de niño enfermo, pálido, con limitaciones físicas, romántico y decidido a materializar su gran desafío; seguir y buscar el amor de su vida. En él se perciben todos los padecimientos que se sienten al estar enamorado; celos, rabia, impotencia, deseos de venganza, pasión y sufrimiento.
No puedo terminar sin decir que he querido ver en este cuento algo tétrico y siniestro, las metáforas de la vida, de las relaciones humanas, las facetas del amor, tanto las malas como las buenas, sus distintos estadios... y pudiendo haber resultado una novela poco agradable, me ha encandilado su carga de sentimientos y lo entrañable que resulta desde las primeras páginas; creo que ahí radica el arte de escribir de este novelista contemporáneo, al que recomiendo no por ser el siguiente Premio Nobel, sino por tener la capacidad de sumergirnos en las profundidades de las fantasías de un mundo muy particular; “El mundo de Malzius”.

Cerré los ojos y le pedí un favor al viento; llévate todo lo que no sea necesario. Estoy cansado de equipajes pesados que no me dejan avanzar.De ahora en adelante solo quiero llevar lo que quepa en mis bolsillos y en mi corazón”.

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