martes, 8 de julio de 2014

El enigma de París, Pablo De Santis

Por una vez y saltándome la costumbre voy a poner la sinopsis de esta última lectura.
París 1889. Los Doce Detectives, los investigadores más famosos del mundo, se reúnen con motivo de la Exposición Universal. El selecto club tiene la misión de revelar al público sus casos más célebres, los métodos secretos, la filosofía de cada investigación y su concepción del crimen.
La extraña muerte de uno de los Doce, despeñado misteriosamente desde una torre Eiffel en construcción, dará un giro a la reunión y les obligará a afinar sus habilidades para tratar de resolver lo que parece, a priori, la actuación de un asesino en serie”.
He leído esta novela con más desgana que ilusión y todo porque el argumento me pareció atractivo y entretenido y me he encontrado con una novela policíaca, detectivesca con algo de misterio y escasas sorpresas; para mí los que otorgan los premios son todo un “enigma”, desconozco los criterios que siguen para tales galardones, espero que al menos consigan éxito económico.
Interesante por otra parte el papel que juega la ciudad de París y el momento histórico en el que se construye la Torre Eiffel que tantos seguidores y detractores tuvo, junto a la proyección mundial de la Exposición Universal que acompaña como telón de fondo a la trama de la novela.
Aunque no puedo quejarme de las páginas, no llegan a trescientas, he tenido la sensación de que el escritor quería llenar y llenar folios como si le diera pena acabar la historia o considerara ridículo o miserable el volumen del manuscrito; esa sensación “de más” es tan innecesaria que acaba marcando los altibajos de la narración, perdiendo equilibrio y linealidad.
Respecto al argumento no es nada original, es un relato que no pretende mostrar un hecho real de la vida, sino reproducir un modelo de literatura con esquemas ya conocidos por los aficionados al género detectivesco. Es la historia clásica de investigadores petulantes, vanidosos, presumiendo de contar con la sabiduría y los métodos para resolver cualquier crimen.
Narrada en primera persona por Sigmundo Salvatrio, aprendiz de uno de los “Doce” que en su ausencia se convierte en el auténtico personaje de la trama y que proporcionará la resolución del enigma a tan dilatada trama.
Respecto a los personajes aunque descritos uno a uno a través de casos personales que resolvieron en sus largas carreras, ninguno sobrepasa el listón de caricatura de grandes detectives de la literatura, convirtiéndolos en arquetipos de escasa personalidad y que olvidas con asombrosa facilidad.
Lo más hábil del autor y la razón por la que la he terminado, es que dosifica las revelaciones ofreciendo pistas que construyen un nuevo enigma y que hay que resolver para llegar al final que sin quererlo ha ido adelantando y que yo al menos buscaba asegurarme de haber acertado; si lo logré mejor lo quedamos en secreto, que luego no resulto ser tan lista como parezco...
Recomendada para esos casos en los que queremos disfrutar del placer de juntar letras y deslizar nuestros ojos sobre ellas para extraer palabras, frases y textos. Cualquier libro es digno de una oportunidad.

Intrigado con ese enigma, escarbó tan profundamente en los sentimientos de ella, que buscando el interés encontró el amor porque tratando de que ella lo quisiera terminó por quererla”.

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