martes, 29 de abril de 2014

Corrientes oceánicas, Félix J. Palma

Lo que más claro me ha quedado tras leer este curioso libro es que nuestra vida es un puzzle que vamos completando a medida que avanza el tiempo y que por mucho que nos esforcemos no siempre encajan todas las piezas con la exactitud para las que han sido creadas; muy al contrario, en no pocas ocasiones, las piezas se resisten a encajar ordenadamente y siempre hay una que acaba perdiéndose para definitivamente condenar la estampa oculta en un “cuadro incompleto” de lo que debía haber sido y no fue.
Entre novelas de setecientas páginas, siempre busco algunas que me permitan descansar de esos volúmenes y buscando, buscando encontré “Corrientes marinas”, una sinopsis curiosa y una portada colorista me ha permitido disfrutar un par de tardes de esta mezcla de drama y suspense de la mano de un autor de cuentos y del que no había leído nada hasta ahora.
Un accidente de autobús, la muerte de un hijo y un puzzle inacabado, desencadenan varias historias de diferentes registros dentro del mismo argumento. Narrado en primera persona por Alberto, personaje que lleva el peso de la historia y gracias al cual se avanza en la novela por caminos que desarrollan temas tan variados como la relación de pareja, el drama de la muerte inesperada, el duelo, la sectas satánicas y la resolución de un misterio.
Planteado en partes muy bien diferenciadas, Félix hace una exhibición de imaginación que le permite incluir en la realidad cotidiana todo los elementos fantásticos a su disposición, llegando a mezclar todo con tanta habilidad que dudas de lo que es realidad y aquello que es claramente ficción.
Al principio el relato se estanca en la muerte de Sergio y sus compañeros, las consecuencias de un drama de tal magnitud y la manera de afrontarlo por nosotros los mortales. Posteriormente, se asiste al cambio narrativo y se inicia una historia de suspense e intriga motivada por la necesidad de esclarecer las causas del accidente, para finalizar con un misterio resuelto y un final algo novelesco y de cine.
Personajes bien creados y definidos por sus papeles, adornados con sus sufrimientos, emociones, defectos y virtudes. Su participación en la historia están muy bien justificados y eso ayuda a dar sentido a las partes más ficticias de la novela.
Me ha gustado especialmente la parte en la que cuenta la historia del excéntrico Duncam Madox, es como si de manera aislada nos contara un cuento acerca de la vida de un personaje de esos de vida extraña que sufre y muere por sus extravagancias de vida.
Reconozco que sin buscarlo me he encontrado con un relato entretenido que crecía a medida que avanzaba en su lectura, no exento de notas de humor negro, con buenos cambios narrativos que oscilaban entre el dolor y la intriga, en el que se aprecian los rasgos de un “contador de cuentos” , con un lenguaje asequible y un epílogo digno de aplauso.

La vida está hecha de pequeñas casualidades que en no pocas ocasiones se nos revelan con atronadora e imprevisible ironía”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario