jueves, 13 de marzo de 2014

Huesos en el jardín, Henning Mankell

En algunas ocasiones tras la lectura de un libro que te ha sobrecogido te encuentras ante el dilema de la elección del siguiente y bajo la motivación de superar o al menos igualar al que acabas de cerrar. Pero no siempre es la línea de actuación obligada y en el caso de “Huesos en el jardín” se ajusta más a una segunda opción, descansar de lecturas potentes e inolvidables y darle la oportunidad a novelas breves que sin grandes pretensiones puedan oxigenarme y prepararme para “arremeter” con empresas más desafiantes.
Conocido el autor y leído en otras ocasiones, esta novela al más puro estilo de novela nórdica policíaca negra, responde a esa búsqueda a la que antes hacia referencia. Si hubiera sido mi opera prima de Henning, definitivamente me hubiera costado volver a seleccionarlo como escritor de suspense; es este tipo de relato que al acabarlo piensas que cualquiera lo hubiera podido escribir y que desde el principio ya conocías el final.
Escasas doscientas páginas escritas con una sencillez aplastante, con una trama que roza el guión de películas de sábados por la tarde, personajes familiares, de nula complejidad, con un protagonista trillado al que parece dedicarle la obra en plan “homenaje de jubilación”, poca calidad literaria, justo suspense, que en ocasiones uno mismo podría aportar de su imaginación algún elemento para darle acción e intriga a lo narrado,final sin sorpresa aunque con ciertas contradicciones... vamos casi increíble e improvisado.
Claro tras estas “perlas” expuestas en la reseña no está de más que surja la pregunta del misterio de terminarlo y no dejarlo a medias. Lo primero no es propio de mi dejar abandonado a nadie, a nada y mucho menos a un libro y segundo porque aún con mis criticas para mi no ha sido una sorpresa, digamos que lo elegí sabiendo lo que era esta novela de un par de horas en una tarde de viaje; de manera que la reseña es para los que me siguen, para animarlos a leer cualquier buena novela de este sueco antes que la que ahora comento. Es un escritor con una trayectoria nada despreciable, pero en este caso tengo la sensación de que la concibió bajo una urgencia impropia de las anteriores.
En cuanto a mi, cubrió mis expectativas y me preparó para la siguiente elección que si que fue una novela de  “palabras mayores”.
Garantiza entretenimiento en una tarde de otoño arrugada en un sofá con música de fondo y cabezadita de sueño incluida.

Si quieres cambiar los efectos, cambia las causas. La vida responde siempre a los cambios improvisados”.


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