domingo, 9 de marzo de 2014

El curioso incidente del perro a medianoche, Mark Haddson

Esta es la gran ventaja de los libros electrónicos, cuando acabas una lectura y decides buscar entre las descargas una novela corta sin grandes pretensiones y con la finalidad de entretenerte e incluso aprender; puedes encontrar un sencillo y entrañable libro con un título no menos original que el que ahora os comento.
El curioso incidente del perro a medianoche”, si esto ya resultaba original, la portada completaba la intención del escritor. Está escrita en primera persona y su narrador es un adolescente de quince años con síndrome de Asperger; para los que nos dedicamos a la enseñanza es familiar el comportamiento de quienes lo padecen y para los que desconozcan sus rasgos decir, que es un síndrome relacionado con el autismo. El tratamiento que se aprecia en la narración es muy original y curioso. El autor británico le ha otorgado al protagonista todo el peso del relato. Christopher vive en un mundo real que no comprende pero del que forma parte, sin quererlo asiste a la muerte del perro de su vecina y en ese momento decide investigar las causas de tan desgraciado incidente. Aparece el Christopher investigador, detective obsesionado con desvelar semejante misterio y es esa trama la que nos aporta los rasgos más claros de la personalidad de estos niños/adolescentes, sus características, sus prioridades, sus condicionamientos sociales, la curiosidad que motiva sus actos, las dificultades para comprender desde su “mundo” los comportamientos de quienes les rodean.
Nos encontramos ante un ser inteligente, de memoria fotográfica, enormes habilidades con las matemáticas que discurre con una lógica y razonamiento que a cualquiera de nosotros se nos haría imposible de aplicar. No quiero describir el perfil de estos casos, prefiero quedarme con lo entrañable de la historia, de la facilidad con la que se empatiza con el protagonista, con su afán de superación y con asumir que al margen de ese “detalle” que tiene nombre de "aspirador", Christopher es víctima de la separación de sus padres, de la discriminación social, de las miradas furtivas, de los calificativos que le recuerdan que es diferente y a la vez igual en las vicisitudes de cualquier niño de su edad en los tiempos actuales.
Relato de escasas trescientas páginas que de no ser por la trama, fluidez del lenguaje, intriga, aventura y final, podríamos llegar a pensar que es un ensayo de psicología infantil.
Personalmente el autor ha ido desarrollando una serie de personajes secundarios gracias a lo narrado por el protagonista, luego en realidad es el constructor de la novela; en el fondo hay que sufrir con él por el hecho de ser un adolescente que se enfrenta valientemente a la vida con los impedimentos añadidos de su “manera de ser”
Me alegré de la elección, me resultó entrañable y además gracias a la investigación del incidente disfrute de aventura, intriga, ternura y ritmo para no abandonarla.
No deja indiferente y te proporciona unas reflexiones que nos enriquecen en un mundo tan descarnado y cruel como el que sin quererlo todos ayudamos a sostener.

Leer un libro es un diálogo constante, el libro habla y el alma responde”.

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