sábado, 1 de marzo de 2014

El abuelo que saltó por la ventana y se largó, Jonas Jonasson

Después de tenerlo en mi lista de libros pendientes de lectura y buscando algo desenfadado y diferente, me decidí con la lectura de otro escritor sueco que ahora parecen invadir irremediablemente nuestras librerías. Mis expectativas se han visto satisfechas y sin grandes pretensiones puedo recomendar la lectura de esta original y divertida novela.
Aunque son cuatrocientas dieciséis páginas si se leen a buen ritmo no resulta largo, no obstante he de advertir que a otros lectores le ha resultado algo repetitiva y cansina. Por supuesto quien se decida por él cuenta con una amplia sinopsis que le facilitará una idea del contenido del relato, lo suficiente como para quererlo o despreciarlo; yo, en mi fiel costumbre omito esa parte.
La historia es descabellada desde el inicio, en el fondo quién no se ha planteado en algún momento de su vida escapar por la ventana y vivir las peripecias que vive nuestro protagonista; si a ello le unes su edad, la cosa pinta a “lo supermán”. A medida que avanzaba el argumento me recordó la película de “Forrest Gump”, en Suecia claro... Allan con sus cien años se convierte en la estrella de la novela al contar su vida en dos partes bien diferenciadas en el argumento. En el presente la iniciativa y atrevimiento de su huida deja rastro a su paso y arrastra con él a una galería de personajes a cual de todos más estrambóticos y curiosos y una mirada al pasado que magistral y cómicamente nos pasea por los principales momentos de la Historia del Siglo XX y los personajes que le dieron nombre propio a tan sustancial siglo.
Podríamos estar ante una caricatura cargada de tópicos que roza la banalización de hechos históricos que para nada fueron divertidos para la humanidad.
El ritmo de la novela varia siendo más ligero al principio y teniendo altibajos que no son motivo como para abandonar la lectura.
Relato surrealista en el humor, situaciones absurdas, ingenioso, bien escrito, con claras miras dirigidas al entretenimiento y mezclas de estilo a los que llega a ridiculizar. Llama enormemente la atención el cortejo de personajes que se suman al devenir de la historia de vida de Allan y que le acompañaran a un final de fábula, increíble y absurdo.
Se aparta del género de las novelas policíacas suecas aunque coquetea con el suspense y los rasgos de la novela negra tan prolifera en la literatura sueca de los últimos años.
Vale la pena leerla porque sin quererlo tiene la facultad de arrancarte más de una sonrisa ante situaciones verdaderamente inimaginables.

Estoy aprendiendo a darle tiempo al tiempo, a esperar el momento, porque todo llega cuando tiene que llegar”

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