martes, 20 de noviembre de 2012

El rayo dormido, Carmen Amoraga

Original título que tiene mucho que ver con el contenido de la novela; ahora bien, no sabía yo que los rayos se dormían... va a resultar que la única que padece de insomnio soy yo. Siempre he imaginado un fenómeno de estas características “liándola parda”, ardiendo como poco y en el peor de los casos provocando un incendio... vamos que con este hemos tenido suerte por aquello de encontrarse en los brazos de Morfeo.
Introducción aparte, es cierto que todo lo que permanece dormido y en un momento despierta acaba teniendo sus efectos y entiendo que es la intención de la autora al comparar los silencios de las historias “dormidas” y no contadas, con lo que causa un rayo en los árboles al reposar y avivarse lentamente.
Cuando terminé la novela a finales del año 2012 me sentí aliviada y no decepcionada porque confieso que aunque no desprecio el tema recurrente de la Guerra Civil, es cierto que últimamente había evitado los libros que me mostraban más de lo mismo y no estaban los ánimos para dolores del pasado. La novela tiene de fondo el mencionado tema, ahora bien, en realidad yo he leído dos historias, una con dos personajes masculinos que protagonizan lo referido a la contienda y otra con dos personajes femeninos que encarnan la más pura realidad con redes sociales incluidas. De manera que la mezcla de ambas ha descargado de dramatismo lo que parecía se iba a convertir en una historia más de vencedores y vencidos, de odios y rencores, de republicanos y falangistas... se agradece.
Narrada en tercera y primera persona y estructurada en capítulos, su lectura se hace amena por el uso de diálogos alternados con relatos que nos hacen viajar del pasado al presente y viceversa. Los personajes están perfectamente definidos, a mi gusto los masculinos aportan más a la novela que Natalia y Carmen; tal vez porque el contenido de las historias que nos llegan de sus vidas despierten más empatía y ternura que las experiencias de ambas.
El objetivo de investigar acerca de la vida de dos vecinos de un mismo pueblo en los inicios de la guerra reaviva el pasado para evidenciar que ambos héroes anónimos nunca fueron enemigos porque siempre les movió un objetivo en común... otra cosa fue el destino despiadado para el que estaban elegidos.
Me atrevería a decir que junto con la necesidad de poner al día sus vidas las dos protagonistas destapan secretos que acabarán teniendo el mismo efecto que si despertara el rayo que está dormido...
No quiero contar el argumento y la trama que en ocasiones llega a ser un poco compleja, prefiero aseguraros que no es la típica novela de bandos de la “Guerra Civil” y dejarlo a vuestra elección, eso sí, la intriga, el suspense, y la evolución de los personajes nos proporcionan una narración no exenta de sentimientos y yo en mis anotaciones puse un final que decía algo así:“El destino de muchos amigos que compartieron tardes de risas y sueños comunes, se vieron irremediablemente truncados por acontecimientos que nunca debieron suceder y que sin conocer las consecuencias les condenaron a enfrentamientos y riñas que acabaron gestando un odio difícil de reparar y en algunos casos sin ocasión de remediar”. Por desgracia generaciones después las heridas no curadas se han convertido en “postillas” heredadas.

Ciertos recuerdos anclados en la memoria al despertar, son como amigos comunes que se encaminan hacia la reconciliación”.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Cuando acabe tu ira, Asa Larsson

Uno más de la saga de la autora Asa Larsson; uno más de novela policíaca de misterio; una más de autora sueca... uno más de lo mismo, pero no por ello innecesaria su lectura.
La primera novela que leí de esta autora fue Aurora Boreal y casi no me acordaba del apellido impronunciable como digo yo, cuando una compañera del trabajo, Pilar Nieves me recomendó que lo leyera; fue entonces cuando recordé que no era el primero y como más o menos imaginaba el contenido del mismo, lo rechacé... su obstinación por hacerme pasar un rato entretenido acabó poniéndome literalmente en las manos el libro y bueno, no pude rechazarlo y la verdad que me gustó.
Enemiga de describir el contenido de la novela os diré que son trescientas casi setenta páginas de la cuarta entrega de Asa y su fiscal y que al parecer lo lógico es haberlas leído cronológicamente según su publicación, pero yo no tenía ni idea de ese detalle y ahora lo comprendo porque son bastantes las referencias en el relato a situaciones vividas por “la poli” en episodios anteriores que corresponden a esas novelas previas.
De todas formas tiene todos los ingredientes de la novela negra de suspense y misterio; jóvenes que se pierden en el hielo, aparición de un cadáver, el pasado que acecha de nuevo, inspectora y fiscal, asesinato evidente que no accidente, rumores, locos y hasta fantasmas... no se puede pedir más.
Mencionar que aunque pueda parecer algo trillado el recurso de rescatar ciertos temas históricos como trama de una novela, “Cuando acabe tu ira” aborda el papel de los suecos como colaboracionistas de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y eso es enfrentarse a la maquillada neutralidad que Suecia mantuvo respecto al conflicto. No es el objeto principal de la novela pero sí su trasfondo histórico. Igualmente es agradable lo bien perfilado que están los personajes de la fiscal y la inspectora local, que rompen con la tradición masculina de comisario y ayudante propio de otro modelo literario...”Las suecas son así” y en especial las que escriben.
Lectura de las que enganchan por el tema, el ritmo, la agilidad a la hora de plantear la trama, lenguaje asequible, la necesidad de llegar al final, vamos, que se puede decir que se lee solo. Puntualizar que en algunas ocasiones la autora cuenta situaciones que es como si le “saliera la vena sueca”, no se comprende lo que está intentando narrar, creo que cuando la leí llegué a la conclusión que podían ser reflexiones personales . Un poco nórdico para mi gusto.
Aunque el final está conseguido es muy previsible por el desarrollo de los acontecimientos, de manera que no hay factor sorpresas, mucho antes de vislumbrar el final del libro se adivina el desenlace. Aceptable para los seguidores de los escritores de estas latitudes heladas, entretiene y se disfruta sin grandes pretensiones; incluso puede llegar a plantearse leer los anteriores.
Por cierto, para no desentonar la autora es rubia y guapa... Y por una vez y sin que sirva de precedente, yo gozaba de una impecable salud.

La astucia y la mentira pueden tener diferentes vestidos, disfrazarse, maquillarse; pero a la verdad le gusta ir desnuda”.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Un ángel impuro, Henning Mankell

Antes de aparecer el autor de “Los hombres que no amaban a las mujeres”, ya escribía Mankell y nos entretenía con su novelas policíacas y suspense con saga de detectives que protagonizaban la narración y acababan resolviendo los misterios más truculentos y crímenes más despiadados. Confieso que alguna que otra obra ha caído en mis manos y reconozco que me han gustado lo suficiente como para repetir.
Cuando contemplé la portada casi me imaginé el contenido del libro y aunque no es exactamente la crónica de su argumento, algo tiene que ver. A mi gusto un poco desafortunada la elección, pero sobre gustos no hay nada escrito.
Apartándose del género al que nos tiene acostumbrados, el autor de “El Chino”, cuenta una historia sobre África y para ello utiliza la figura de Hanna una emigrante sueca que en los inicios del siglo XX convierte su vida en un periplo de aventuras que la harán crecer como persona a medida que avanzamos en la trama. No está sola en el reparto de personajes, todos muy bien precisado y encarnando todo tipo de cualidades y defectos de la humanidad. Trescientas cuarenta páginas que parten del tan recurrente argumento de los hallazgos de testimonios escritos dejados por autores que en algún momento tuvieron la necesidad de poner “negro sobre blanco” aquellas experiencias que marcaron una vida entera.
Despliegue de conocimientos geográficos e históricos marcan la narración en la cual aparecen temas criticados duramente por el escritor como son aquellos relacionados con el Imperialismo, la superioridad blanca, las injusticias, los daños culturales y los efectos sobre las culturas víctimas de la opresión y explotación por parte de los colonizadores, ayudando a tejer un sencillo e intenso relato biográfico de un personaje (Hanna) que al parecer existió en Suecia y del que nunca se volvió a saber nada.
Temática potente, desgarradora y sin adornos. No es una historia de esclavos, es una novela forjada gracias a sus personajes y a la lección de coraje y valentía en la selva de la hostilidad que provocó el enfrentamiento entre dos mundos (colonizadores y colonizados).
Para los que no han leído nada de Mankell les resultará entretenida, aunque al leerla recuerda otras de argumento similares,de autores conocidos, por lo que la originalidad se la atribuyo al sorprendente y esperado final.Por Dios que será de nosotros si los ángeles pierden su pureza...

La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados”.

jueves, 25 de octubre de 2012

El tango de la guardia vieja, Arturo Pérez Reverte

Tengo yo una amiga que le tiene una rabia a Pérez Reverte que en su ceguera no me deja nunca comentarle los libros que he leído de él, de manera que siempre me quedo con las ganas de darle la razón en aquello que la lleva y defender a Arturo en todo lo que creo que sabe hacer muy, pero que muy bien.
Espero que tenga a bien leer la reseña que a continuación voy a contar acerca de una de las novelas mejores escritas del creador del “Capitán Alatriste”. 
Soy una seguidora del autor pero es cierto que en ocasiones me ha costado “Dios y ayuda” terminar alguna novela por su carga descriptiva y porque cuando la acabas te das cuenta de lo inculta que eres en el ajedrez, en pintura flamenca, en esgrima, en narcotraficantes, cartas de navegación, independentistas madrileños y cualquier otra especialidad elegida como trama de sus novelas... Debido a mi persistencia y sabiendo que me iba a llevar una auténtica “lección de baile” me arriesgué con lo del tango y volví a las andadas con Arturo con la esperanza de salir convertida en una “bailarina porteña” de las del Buenos Aires de toda la vida. Acerté y ahora os cuento mis razones.
El tango de la guardia vieja” decía yo cuando me preguntaban por él, es una novela de amor, intriga, espionaje, erotismo, sensualidad, sexualidad, misterios y traiciones; lo tiene todo para engancharte, pero lo mejor es que sin verlo, te haces una idea del tango por la calidad y detallismo con el que el tío describe cada movimiento que hace la pareja cuando baila... eso sólo lo puede hacer Reverte.
Como ahora tengo la oportunidad de explicar algo más, os digo que a lo largo de quinientas páginas desarrolla un argumento con los rasgos anteriormente expuestos, en una ambientación genialmente diseñada, con un espacio cronológico centrado en el siglo XX (40 años), momentos históricos potentes como La Guerra Civil Española, los Felices Años 20 y el Período de Entreguerras; documentado fiablemente por el novelista; una escenografía que roza la perfección visual aunque no se pueda contemplar si no es a través de sus palabras, tres grandes marcos físicos: Buenos Aires, Niza y Nápoles. Galería de personajes encabezada por los protagonistas y bailarines, Max y Mecha, y un comienzo y final digno de “traca”.
Novela basada en un ritmo de idas y venidas del pasado al presente, de encuentros, despedidas y reencuentros asistiendo a lo largo de la misma a la evolución de todos los personajes tanto en sus actos y experiencias como en edad. Destaca la destreza a la hora de hacernos llegar gestos, miradas, vestuario, el caminar, el bailar, la belleza femenina, los colores o el paisaje; acabas sintiendo que en lugar de leer presencias el pasar de una una película delante de tus ojos, las letras cobran vida y son contempladas como escenas vivientes.
Toda la novela mantiene al lector con un ritmo adecuado, nada violento ayudado por un vocabulario sencillo a excepción de alguna terminología propia de Argentina y del ambiente que gira alrededor del tango como fenómeno social y marginal. No es exclusiva de ningún público versado en la materia. Lo más llamativo para mí ha sido la introducción del tema del ajedrez que representan la quietud en estado puro, frente a la dinámica de los movimientos del tango; interesante dicotomía sabiamente mezclada en la novela. Lo mejor es sin duda los momentos en los que los bailarines ejecutan esta modalidad tan sensual y erótica que conlleva el tango, al menos yo estaba como el abuelo de Manolito gafotas, dispuesta a salir “por patas bailando”; en serio es alucinante como se disfrutan esos pasajes y el deseo de avanzar en la novela con la esperanza de volver a leerlos.
Un final acorde con la novela y yo me atrevería a catalogarlo de “elegante” sin apartarse de la personalidad del bailarín. Ya no cuento más, espero que seáis algo más receptivos que mi amiga Reyes.

La dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar”.

sábado, 20 de octubre de 2012

La delicadeza, David Foenkinos

La Delicadeza es uno de esos libros que sorprendentemente todo el mundo en el momento en el que deseas recomendarlo ya ha leído. Tienes la sensación de ser él quien te busca y encuentra para aliviar un momento concreto de la vida. En lo referente a mi, apareció para consolarme de un año muy duro, con experiencias que te marcan para siempre y que desgraciadamente has tenido que vivir sin haberlo podido evitar.
Es una novela de una sencillez abrumadora que cuenta una historia que le puede pasar a cualquiera, es realidad en estado puro, cada pasaje del libro te es familiar, se podría decir que parece “escrito para la ocasión”.
Al igual que la protagonista, Nathalie, nuestras vidas pasan de ser afortunadas a desafortunadas en décimas de segundos. Cuando hice el comentario lo inauguré con estas palabras: “La vida tiene puertas que la alegría abre, y la muerte puños para llamar a ellas. Si no abres, insiste y en último extremo entra sin permiso, se cuela.... en ese instante, todo cambia y sus efectos son devastadores”. Cuando se escribe esto, es reflejo de un año desgraciado en todos los sentidos; grandes e irreparables pérdidas de amigos y seres queridos llegaron a mi vida abandonándome demasiado pronto y sumiéndome en un mar de dolor y confusión... un auténtico tsunami de emociones, rabia y desconsuelo.
La historia de Natahalie, aunque terrible en sus inicios, se convierte en una lección de superación, de esperanza, de fórmulas para enfrentarse al pasado y prepararse para el futuro... es el bálsamo de “la segunda oportunidad”, es la demostración de la capacidad para “reinventarse” incluso desde los umbrales de la amargura, para alcanzar nuevamente la alegría que un día se marchó sin avisar.
El autor confecciona una magistral obra de “rescate” donde Nathalie se deja llevar y con soberbia ternura y elegancia, aborda el cruel drama de la muerte, descargándola de las connotaciones de angustia de las primeras páginas, para llevarnos dulce y melodiosamente, al sosiego y la paz con la que termina esta genial obra de arte.
No he encontrado a nadie a quien haya dejado indiferente "La Delicadeza" o no le esté agradecido al autor, a su relato y al sentido extraído del placer de haberlo leído. Simplemente grandiosa, inolvidable y conmovedora.

La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... por eso, canta, ríe, disfruta, comparte tus buenos ratos, ama sin medida y vive intensamente cada momento de la misma, antes que el telón baje y la obra finalice”.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Las voces del Pamano, Jaume Cabré

Las voces del Pamano llegó a mi atraída por ese tipo de fotografía antigua de un grupo de niños que te hacen pensar lo afortunada que fue nuestra niñez y lo diferente que debió de ser la de los que con una sonrisa posan ante el objetivo que los inmortalizó.
Estando los niños de “por medio”, maestros o maestras “a la vista”; efectivamente, esa figura que tan importante resulta en los inicios de nuestras vidas son los protagonistas de una novela que no deja indiferente a nadie.
Su argumento contado en pocas palabras puede hacernos creer que la novela será una más de las que tienen el tema de La Guerra Civil como fondo, pero el pasado y el presente se entrelazan magistralmente gracias a los personajes que la protagonizan.
En una antigua escuela en ruinas a punto de ser demolida, Tina, una joven profesora encuentra tras la pizarra un cuaderno escolar de Oriol, el maestro que lo escribió sesenta años antes. A partir de la lectura del mismo y la curiosidad por lo allí contado, la adentrará en la memoria de esos valles e irá desvelando las piezas de una historia de maquis, falangistas y héroes anónimos que nunca fueron reconocidos y siempre enjuiciados.
Paralelamente Tina debe hacer frente a los acontecimientos de su propia vida, la salud, la inestabilidad familiar, la sociedad, los miedos y el incansable propósito de otorgar la robada dignidad de quien lo dió todo por nada.
Tiene un ritmo extraordinario, se combinan distintas tramas que al final se enredan entre sí,nos pasea del presente al pasado sin cambios bruscos y nos aporta un retrato despiadado de la sociedad de estos últimos setenta años. No sabría distinguir que personaje tiene más fuerza, si Oriol con su testimonio que representa la memoria histórica o Tina que refleja la fragilidad de un presente incierto, llenos de desafíos y soledades.
Extraordinariamente bien escrita, apta para todas los gustos porque la “historia” supera las barreras ideológicas.

No hay un medicamento que cure el dolor del alma, sólo hay un anestésico llamado tiempo que te enseña a no sentir dolor, aunque la herida perdure”.

martes, 2 de octubre de 2012

Misión olvido, María Dueñas

Sin que sirva de precedente y como algo excepcional voy a contar la sinopsis de la segunda obra de María Dueñas.
La profesora Blanca Perea acepta una beca en la universidad Santa Cecilia de California para huir de un fracaso matrimonial que la ha sumido en una profunda crisis personal. Allí tendrá que catalogar el legado del hispanista fallecido Andrés Fontana. A medida que avanza en su trabajo, ayudada por su colega americano Daniel Cartel, Blanca se verá inmersa en un entramado de intrigas y secretos ocultos para intentar entender las historias que esconden los papeles del misterioso legado.
En total quinientas doce páginas de un relato que desarrolla una historia dentro de otras historias; de la vida de la protagonista que la narra en primera persona y de otros dos personajes más que se van perfilando a medida que transcurren los hechos. No responde para nada al modelo de su anterior libro, ni en argumento ni en contenido y tal vez la odiosa manía de comparar sea la causa de la profunda decepción que sentí al leerla. Mis expectativas eran apremiantes, la autora era una garantía difícil de cuestionar, pero desde las primeras páginas me pareció un culebrón o telenovela escrita con sus ingredientes definidos y encasillados; mujer con fracaso matrimonial por engaño, huida de la realidad, conoce a hombre encantador, proyecto a compartir, aventura que me dará lo que busco...
El lenguaje es asequible, sencillez en la estructura, diálogos que la hacen dinámica; pero personalmente no me sorprendió en nada, le falta ritmo, intriga, sorpresas, aventuras, curiosidades. Existe una moraleja acertada tras su lectura, hay que apostar por las segundas oportunidades, por la superación de las crisis personales y el desafío de reinventarnos.
Recuerdo que el libro llegó a plantearme si de verdad lo había escrito ella, porque hay autores que cambian radicalmente de tramas y argumentos y no pierden calidad literaria y en Misión Olvido no encontré rasgos que me justificaran que es de la misma escritora que había recreado y escrito su “Tiempo entre costuras”. Tristemente no se la he recomendado a nadie y aquellos que la han leído han coincidido en mi visión de la novela. Aún así jamás dejaría que un libro poco acertado cayera en el más injusto de los “olvidos”.

A veces hay q elevarse por encima de la vida cotidiana para hacerse preguntas esenciales y vivir experiencias inolvidables”.

domingo, 1 de julio de 2012

El abanico de seda, Lisa See

En ocasiones la lectura se selecciona de antemano buscando satisfacer curiosidades acerca de culturas y costumbres de países que darías la vida por conocer pero que te conformas con todo lo que te pueda llegar de ellos, para tapar ese hueco de curiosidad a sabiendas de lo imposible de vivir la experiencia de visitarlos... aunque nunca se sabe.
China es uno de esos paraísos milenarios que están en mi lista de preferencias viajeras pero también en la de realidades difíciles de lograr; a cambio lo sustituyo por bucear en obras tan impresionantes como “El abanico de seda” o La nieta del señor Linh”, ambos me deleitaron el mismo verano y me proporcionaron muchos conocimientos de las tradiciones ancestrales de una de las culturas más sabias y antiguas del mundo.
Novela conmovedora que tiene por protagonistas a dos niñas que en su tránsito a la adolescencia viven lo que allí se conoce como una unión vitalicia entre almas gemelas, ceremonia antigua trasmitida de generación en generación. Aunque es un relato ficticio se ajusta a la más cruda realidad, el papel secundario de la mujer y sus obligaciones impuestas por las madres y abuelas a la hora de velar por un futuro, rodean el clima de una trama que gira entorno a la comunicación que ambas niñas establecen con sus abanicos. Lenguaje secreto que se convierte en el hilo conductor de la obra y que no está exento de errores y malos entendidos que alterarán el curso de la relación fraternal entre “Lirio Blanco” y “Flor de Nieve”.
La pobreza, la miseria, la desigualdad, la supervivencia, los compromisos sociales rodean toda la narración contada en primera persona por una de las niñas, acompañada por un repertorio de sentimientos de amistad, ternura, complicidad, tristeza y resignación algo más que admirables. Lo más llamativo es sin duda la descripción pormenorizada y cruel que se hace del proceso de vendaje de los pies y como es escalofriantemente asumido por esta cultura, encontrando la nota discordante de rebeldía por parte de las niñas sin encontrar ni apoyo ni consuelo ante tan despiadada tradición. El sufrimiento se interioriza y acaba impactando al lector.
Emotiva, aleccionadora, interesante e ilustrativa... no deja indiferente a nadie y provoca un desgarrador sentimiento de rechazo y a la vez de aceptación.
Reflejo de un mundo y una época muy distante al tacto de la “seda”.

En el fondo, mi vida es la historia de los intentos que he hecho por tener los pies sobre el suelo sin dejar de alzar los ojos al cielo”.

domingo, 24 de junio de 2012

La nieta del señor Linh, Philippe Claudel

Estábamos recogiendo las últimas cosas que nos solemos llevar del “curro” el día del claustro final, cuando recorrí el pasillo de la biblioteca de mi centro para repasar sin prisas las estanterías y elegir algunas obras para tener reservas de cara al tiempo libre que el “veranito” tiene a bien concedernos, tras un curso que llegó a su fin “victoriosamente”. En ese momento topé con algunas novelas de literatura acerca de la cultura china y sin dudarlo elegí varias y entre ellas se encontraba esta sencilla y brutal novela que instintivamente se vino conmigo sin dudarlo pero tampoco sin motivo especial para ello.
Solamente 125 páginas le dedica su autor a la narración de un viaje que el anciano señor Linh realiza en una huida desesperada por los devastadores efectos de una guerra que ha acabado con todos los miembros de su familia a excepción de su nieta que le acompaña en este dramático periplo. El lector se enfrenta a una trama con un principio impactante y un desenlace inesperado, lo hace gracias a la sencillez del lenguaje empleado y descubre en cada páginas un repertorio de valores asociados al objetivo de un abuelo rodeado de barreras y límites insalvables y convierte su coraje en una lección de supervivencia...
Es posible que la grandeza de la novela no se capte al principio y pueda parecer una narración dolorosa, de soledades, miedos y retos en un mundo hostil; pero cuando se finaliza, se comprende la verdadera esencia de la misma. La clave está en las últimas páginas y no se puede desvelar, solamente recomendar que en la lectura se esté muy atento a las pistas que el autor deja a lo largo de cada frase.
Conmovedora, aleccionadora, especial y por supuesto inolvidable.

La mitad de la belleza depende del paisaje, y otra mitad del hombre que lo mira”.

jueves, 31 de mayo de 2012

El lector de Julio Verne, Almudena Grandes

La fotografía que ilustra la segunda entrega de los “Episodios de una guerra interminable” te queda sin palabras y a la vez te provoca una avalancha de ideas y comentarios difíciles de reprimir. Gracias a la lectura de la novela me atrevería a pensar que es la foto de Nino frente a su padre, ambos protagonistas de excepción de una historia ambientada en los años de la posguerra española, en un marco rural y con todos los ingredientes a los que nos tiene acostumbrados Almudena Grandes.
La primera obra de estos episodios, “Inés y la alegría” inauguró una serie de seis novelas que se suceden cronológicamente abarcando una trayectoria histórica tan extensa como la producción de dicha autora. Con diferencia y fortuna para el lector, la extensión ha mermado considerablemente aunque no la calidad y belleza de la historia, que gira entorno a la figura del “canijo” y su relación con Pepe el portugues.
Un pueblo de la serranía de Jaén se convierte en el escenario elegido por la escritora para contar a través de los ojos de un niño, sus vivencias en la casa cuartel de su pueblo y como el ser hijo de guardia civil tras una guerra le marca indeseablemente toda su vida.
Aunque la pareja de Nino y Pepe asumen el protagonismo de la obra, no es menos importante el rosario de personajes pulcramente descritos y que contribuyen a dar solidez a lo narrado en primera persona por quien tuvo que hacer frente a las vicisitudes de una niñez de la que irremediablemente se despidió con desgarradora urgencia.
Una vez más el tema de los residuos de la guerra se evidencia en las pequeñas e intensas historias crueles, entrañables, tristes, de impotencia que salpican todo el relato y que nos ayuda a comprender los sentimientos de Nino y de todos y cada uno de los que desfilan con sus alegrías y sus miserias heredadas de tan inolvidable episodio de nuestra historia más reciente.
Otorga Almudena un papel estelar a las mujeres de la novela, a su coraje y valentía y a la capacidad de supervivencia que demostraron ante la ausencia de aquellos que nunca debieron haber faltado.
Destacar la afición del niño por la lectura de las obras de Julio Verne, lo que justifica el tan acertado título de la novela; guiño de gratitud a la figura de la maestra que le invitó a sumergirse en la generosa ficción para huir de la despiadada realidad.
Me alegraría pensar que con esta pequeña reseña es suficiente para animaros a tomar entre las manos una historia donde la guerra queda empañada por la experiencia de un Nino que representa la ternura, la amistad, la lealtad y las ansías de “pasar página” en una búsqueda de la felicidad que sólo puede estar en un anhelante futuro.

Jamás debimos ser testigos del dolor y de las lágrimas de aquellos ojos incrédulos que un día lloraron sin saber porqué lo hacían”.

jueves, 29 de marzo de 2012

Si a los tres años no he vuelto, Ana R. Cañil


Desde que inicié la andadura de mi blog de lectura, miro hacia atrás y recuerdo la cantidad de libros leídos que me gustaría haber comentado de haberlo creado muchos años antes. Cuando el tiempo libre me lo permite, vuelvo a releer novelas que me dejaron un grato recuerdo y que a menudo recomiendo a la gente que me rodea. Pero son pocas las ocasiones y esa tarea soy consciente de que nunca la voy a poder tener al día. Es por ello, que he decidido abordar aquellas lecturas de una manera breve y a modo de recomendaciones que podréis ampliar visitando otros blogs en los que seguro encontraréis reseñas muy de vuestro agrado.
De momento las iré nombrado y contando su sinopsis, sin en alguna ocasión puedo haceros participe de las impresiones que me causaron, no dudéis que así lo haré.
“Madrid, primavera de 1939: Jimena Bartolomé, apenas salida de la adolescencia y recién casada con el amor de su vida, es encerrada en la cárcel de mujeres de Ventas. En esta siniestra institución, su directora, María Topete, gobierna el destino de las reclusas y de sus hijos… Ana R. Cañil recrea en Si a los tres años no he vuelto unos hechos terribles y prácticamente desconocidos de nuestra posguerra: la historia de las prisioneras cuyos hijos les fueron arrebatados por sus carceleros para internarlos en seminarios y conventos o darlos en adopción. Si a los tres años no he vuelto se convierte en una novela imposible de soltar por el hecho terrible que denuncia y por el enfrentamiento entre Jimena y María, dos mujeres inolvidables”.
Aunque ya hace muchos años que lo leí, aún recuerdo lo mucho que me gustó la portada del libro, esa mujer andando por la calles del Madrid de Posguerra, sus ropas, la sobriedad de la estampa y ese gris que lo decía todo de aquellos duros años.
Ana R.Cañil, aborda serena y justamente un tema de gran complejidad con fuertes dosis de emotividad y dolor. La historia de las prisiones de posguerra y de aquellas mujeres que se vieron separadas de sus hijos una vez finalizado el conflicto, supuso para ella un reto, aprovechando esta preciosa y potente novela para denunciar los hechos silenciados y probados de una práctica que se convirtió en habitual en aquellos oscuros años de nuestra España más reciente.
Una historia bien contada, ágil, fácil de leer, documentada al detalle, tanto que se convierte en un ensayo que aborda los horrores y los dramas vividos por las mujeres en las cárceles franquistas.
Dos personajes asumen el protagonismo casi absoluto de la novela, Jimena Bartolomé y María Topete, reclusa y directora de la cárcel de Las Ventas donde suceden los hechos narrados.
Recomendable para todos los que disfrutan con historias del ayer que nunca han dejado de ser historias de hoy. Muy dura y potente pero nada comparado con la realidad. Os gustará.
“A pesar de la distancia la gente es parecida en todos lados, las similitudes que nos unen son mucho más que las diferencias que nos separan”.

viernes, 9 de marzo de 2012

La tienda de paraguas, Elin Hilderbrand

Que portada tan cálida y sencilla, la verdad es que se podría tratar de una mesita y jarrón de IKEA con fondo marino estrellita de mar incluida... El título me llamó la atención más que la portada y en especial por la poca relación que ambos detalles tenían; el caso es que en un viaje a Madrid me traje en mi libreta donde todo lo apunto la propuesta de esta novela que me provocó cierta curiosidad y que no me arrepiento de haberla leído.
Su autora es de nombre Elin y de apellido algo alemán y complejo, pero a la hora de narrar esa complicación se disipa y nos presenta una novela de gran sencillez para disfrutar un par de días de una lectura que te provoca sensibilidad y grandes dosis de gratitud para quien te ha logrado arrancar alguna que otra lagrimita incontrolada...
Para narrar la novela la autora se vale de un marco reducido en todos los aspectos; una isla, veinticuatro horas y el ambiente gastronómico de fondo; contada en tercera persona, la protagonista relata episodios de su vida entre el pasado y el presente, enlazando recuerdos que han marcado toda su existencia. Podríamos decir que es una obra para mujeres, pero en total son seis los personajes y el reparto es equilibrado, tres hombres y tres mujeres consiguen dar sentido a toda la narración.
En muchas ocasiones los reencuentros se convierten en oportunidades para destapar verdades encerradas, ocasiones para curar heridas que no han cicatrizado, momentos para detener escapadas eternas, intentos para limpiar el alma y asumir errores no reconocidos; todo ello refleja el peso de los recuerdos y la marca de lo que un día fue traumático y los recursos para superarlo tras años de silencio impuesto en el sentido más literal de la palabra. Historia de sentimientos donde afloran valores humanos negativos y positivos; la amistad,el amor, el rechazo, la incomprensión, lazos de afectos, historias pendientes, el conflicto de la existencia, la culpabilidad, los intentos por reparar daños no buscados. La autora recurre a personajes que encarnan dichos valores con tal calidad que acaban siendo inolvidables, siempre bien delimitados por sus acciones y con un carácter que les ayuda a dar cuerpo a la narración.
El resultado es una historia creíble; para algunos lectores es posible que les parezca algo empalagosa, poco profunda, pero las pretensiones ante ella debe aparcarse en el disfrute del rato literario , intimista y recogido en un espacio que no abarque el tamaño de un paraguas...”que todo lo para”.

Todo en esta vida es temporal así que, si las cosas van bien hay que disfrutarlas porque no durarán eternamente; y si por el contrario van mal, no hay que preocuparse, no van a durar eternamente”.

miércoles, 4 de enero de 2012

Tiempo de arena, Inma Chacón


Desde que inicié la andadura de mi blog de lectura, miro hacia atrás y recuerdo la cantidad de libros leídos que me gustaría haber comentado de haberlo creado muchos años antes. Cuando el tiempo libre me lo permite, vuelvo a releer novelas que me dejaron un grato recuerdo y que a menudo recomiendo a la gente que me rodea. Pero son pocas las ocasiones y esa tarea soy consciente de que nunca la voy a poder tener al día. Es por ello, que he decidido abordar aquellas lecturas de una manera breve y a modo de recomendaciones que podréis ampliar visitando otros blogs en los que seguro encontraréis reseñas muy de vuestro agrado.
De momento las iré nombrado y contando su sinopsis, sin en alguna ocasión puedo haceros participe de las impresiones que me causaron, no dudéis que así lo haré.
“En el lecho de muerte, María Francisca, miembro de una noble familia de Toledo, clama desesperadamente por sus hijos. La tensión es enorme: nadie de los presentes conocía que la joven hubiera tenido descendencia. Su madre niega sus palabras, pero sus tías no dejarán de preguntarse qué hay de verdad en ellas. Comienza así una apasionante inmersión en la historia de las mujeres Camp de la Cruz, Mariana, Munda y Alejandra, herederas de un hacendado español, y de sus irreconciliables diferencias vitales en la búsqueda de la felicidad”.
Inma Chacón, fue la finalista del Premio Planeta 2011 con esta historia de mujeres valientes y luchadoras a la que no le faltan hombres bravíos a pesar de gozar de un merecido papel secundario. Como todas sus novelas son historias bien contadas, de impecable ambientación, con caracterizaciones soberbias y protagonistas inolvidables.
Historia de saga familiar contada con idas y venidas en el tiempo, saltos temporales que van dando a conocer la esencia de esta tribu de mujeres en los finales del siglo XIX y principios del XX. Además de la vida de estas fascinantes mujeres, sus personalidades y los avatares entornos al amor, los celos, el desamor y la lucha, Inma nos deleita con el tema de la Masonería con un tratamiento inteligente que le sirve como escenario para los guiños a la lucha por los derechos de la mujer en unos momentos de la Historia donde  estos “brillaban por su ausencia”.
No puedo contar nada malo de las novelas de Inma Chacón, es evidente que me gustan, las disfruto, aprendo de los buenos retratos sociales de cada época que trata, de su sencillez a la hora de narrar, de sus toque emotivos y de sus deseos de hacernos feliz con sus relatos. Son novelas que se quedan en el corazón y de las que guardo un grato e inolvidable recuerdo. Os gustará.
“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro propio”.